Franke, quien alcanzó la notoriedad en Internet a través de su canal de YouTube “8 Passengers”, el cual documentaba la vida de su esposo y sus seis hijos en Utah, fue detenida en agosto después de que su hijo de 12 años fue encontrado en la puerta de un vecino, mostrando signos de desnutrición.
La reconocida YouTuber Ruby Franke fue condenada a prisión el martes, dos meses después de ser acusada de abusar de sus propios hijos, los mismos que la ayudaron a ganar notoriedad en Internet por sus consejos sobre la crianza.
Franke, quien estaba a cargo del influyente canal de YouTube “8 Passengers”, fue sentenciada a cuatro penas consecutivas de 1 a 15 años de prisión por cuatro cargos relacionados con abuso infantil.
En diciembre, la personalidad de las redes sociales confesó haber llamado a sus hijos “malvados y poseídos” mientras los sometía a torturas a lo largo de varios años.
A la edad de 42 años, Franke podría enfrentar hasta 60 años de prisión, aunque la duración de su condena será decidida finalmente por una junta de libertad condicional en Utah. Su socia comercial, Jodi Hildebrandt, de 54 años, también fue sentenciada a la misma pena por su participación en el abuso.
El juez señaló que Hildebrandt, arrestada junto con Franke en agosto, había causado “terror” a los niños durante el periodo de abuso. La detención de Franke se llevó a cabo después de que su hijo de 12 años fuera encontrado en la puerta de un vecino en agosto, demacrado y con heridas, con cinta adhesiva alrededor de sus muñecas y tobillos.
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La mujer, que logró acumular más de 2.5 millones de seguidores, posteriormente admitió haber forzado a su hijo a trabajar todo el día al aire libre bajo el intenso sol del desierto, privándolo de alimentos y agua como castigo. Para evitar que escapara, lo ataba de manos y pies.
Asimismo, confesó haber maltratado a su hija de 9 años utilizando métodos igualmente brutales. El niño de 12 años informó a los investigadores que su madre lo sujetaba con cuerdas y, cuando estas le causaban heridas, ella aplicaba pimienta de cayena para tratarlas.
Franke también impuso castigos, como prohibirle la entrada al dormitorio a uno de sus hijos, obligándolo a dormir en un puf de la sala de estar durante meses. En una ocasión, canceló la celebración de la Navidad y amenazó con decapitar los peluches de su hija como forma de controlarla.
A pesar de esto, Franke se disculpó con sus hijos por el terrible trato que les dio antes de su sentencia.