Mientras pasa el tiempo se encuentan más cadáveres arrastrados por el agua y disminuyen las esperanzas de encontrar con vida a posibles sobrevivientes bajo los escombros
Cerca de 73.000 efectivos del Ejército, policía y bomberos fueron desplegados en Japón para avanzar en las labores de rescate tras las intensas lluvias que ya dejan decenas de muertos y desaparecidos.
Mientras pasa el tiempo se encuentan más cadáveres arrastrados por el agua y disminuyen las esperanzas de encontrar con vida a posibles sobrevivientes bajo los escombros.
“El gobierno ha confirmado que las muertes por las lluvias torrenciales, hasta el momento, es de 155”, aseguró Yoshihide Suga, vocero del Gobierno japonés. La cifra oficial de desaparecidos se mantiene en 10.
En algunos puntos, el agua alcanzó los tres metros de altura. El Gobierno japonés calificó las inundaciones como las peores del país en los últimos 36 años.
Las precipitaciones azotaron regiones del centro, sur y oeste del archipiélago nipón; entre las prefecturas más afectadas están: Hiroshima, en el oeste de la nación, Okayama y Ehime, en el suroeste.
El fenómeno climático arrasó miles de viviendas y decenas de poblaciones quedaron completamente aisladas.
Según informes, alrededor de 30.000 japoneses continúan habitando refugios temporales. De acuerdo con datos oficiales, cerca de 260.000 personas quedaron sin servicio de agua potable, en medio de temperaturas que alcanzan los 33 grados centígrados.
Esta catástrofe se convierte en una de las peores y más mortíferas de la nación, desde las lluvias registradas en 1982 que dejaron cerca de 300 muertos.
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