Washington pone trabas a la tramitación de visados por parte de personas de cuatro países que se negaron a aceptar deportaciones de sus ciudadanos, obligando al ICE a liberar a “miles de criminales peligrosos”.
En Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Estado se coordinarán para poner trabas a la tramitación de visados por parte de personas de cuatro países que se negaron a aceptar la deportación de sus ciudadanos desde territorio estadounidense.
“Los gobiernos de Camboya, Eritrea, Guinea y Sierra Leona han rechazado o retrasado de manera injustificada la admisión de sus nacionales que iban a ser deportados de Estados Unidos. Debido a la falta de cooperación de esos países, se ha ordenado la aplicación de restricciones de visado para ciertas categorías de solicitantes”, señala el comunicado del DHS.
EE.UU. puso en marcha esa medida este 13 de septiembre y asegura que permanecerá vigente hasta que las cuatro naciones afectadas mejoren su cooperación en este ámbito “hasta un nivel aceptable” mientras que, si mantienen esa línea, ampliará sus sanciones.
DHS indica que el derecho internacional obliga a cada país a aceptar el regreso de sus nacionales ordenados retirados de los Estados Unidos, y estos cuatro países han fallado en esa responsabilidad, por lo que se ha visto obligado a tomar dicha medida, dado que al negarse a readmitir a sus ciudadanos, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE) se ve obligado a liberar a “miles de criminales peligrosos”.
Así, el ICE se vio forzado a liberar en EEUU a cerca de 2,130 ciudadanos guineanos, más de 1,900 camboyanos, 831 sierraleoneses y más de 700 eritreos, “muchos de los cuales tienen condenas por delitos violentos, sexuales o relacionados con drogas”.
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