Según la demanda de la compañía, habría facilitado a sus clientes actuales información confidencial obtenida mientras trabajaba con Volkswagen.
Volkswagen quiere impedir que el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) durante la administración de Bill Clinton, Louis Freeh, represente a los propietarios de un vehículo diésel en el juicio que se va a celebrar en San Francisco contra el grupo automovilístico alemán.
Freeh, reconvertido en mediador en escándalos económicos, ofreció sus servicios de abogado a Volkswagen en el escándalo “dieselagate”, y que después se puso a trabajar para la otra parte.
Según la demanda de la compañía, habría facilitado a sus clientes actuales información confidencial obtenida mientras trabajaba con Volkswagen.
Por ello, la compañía alemana quiere impedir mediante una resolución judicial que Freeh represente a los propietarios de un automóvil con motor de gasóleo porque se produciría una traición de la confidencialidad porque Freeh estuvo a punto de ser contratado como asesor por VW en 2015.
En el caso de VW se encontró con la oposición del comité de empresa porque sus reivindicaciones salariales eran demasiado elevadas y ofreció sus servicios a los demandantes, los propietarios de vehículos.
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