Los dos líderes no planean hacer declaraciones conjuntas o firmar acuerdos, según Yuri Ushakov, asesor de política exterior de Putin
A bordo de un imponente tren blindado, el líder norcoreano Kim Jong-un arribó este miércoles a Rusia, donde sostendrá un encuentro con el líder del Kremlin, Vladímir Putin en un complejo universitario de la isla Russki, en el extremo sur de Vladivostok.
A su llegada, Kim caminó sobre una alfombra roja con un rostro relajado, amable y sonriente, bajo un abrigo negro con sombrero a juego.
Tras haberse hecho esperar largo tiempo, Kim Jong-un decidió por fin acudir a Rusia dos meses después del fiasco diplomático vivido en la cumbre que mantuvo Hanoi (Vietnam) con el presidente estadounidense, Donald Trump.
Esta sucesión de acontecimientos no ha pasado desapercibida a los ojos de la mayoría de expertos, quienes destacan el mensaje implícito a Washington que conlleva reunirse con el presidente de la principal potencia rival y el indisimulado objetivo de recabar apoyos.
“Kim puede esperar una amistosa recepción aquí y algunas posibilidades de recibir respaldo político y económico de Putin“, ha valorado para la agencia Reuters Artyom Lukin, profesor de la Universidad Federal del Lejano Oriente en Vladivostok.
Casi un año después de la primera invitación de Rusia, Kim quiere demostrar que tiene fuentes alternativas de apoyo para escapar de un embargo económico internacional liderado por Estados Unidos.
Si bien Putin tiene poco dinero para compartir y es poco probable que tome decisiones que puedan violar las sanciones o crear otra disputa con Estados Unidos, es posible que Kim tenga que conformarse con las promesas rusas de apoyo diplomático y económico.
En el contencioso nuclear de la península norcoreana, Moscú ha apoyado siempre la eliminación de las armas atómicas en el territorio, aunque critica con dureza la política de sanciones que auspicia EEUU para resolver sus diferendos internacionales.
Sobre el papel, Rusia, país a su vez objeto de medidas de represalia occidentales, implementa las sanciones internacionales al régimen norcoreano, aunque existen un sinfín de casos documentados de violación de las mismas desde los cercanos puertos de Nakhodka o la propia Vladivostok.
Los dos líderes no planean hacer declaraciones conjuntas o firmar acuerdos, según Yuri Ushakov, asesor de política exterior de Putin.
Kim dijo que la cumbre será un “punto de partida para conversaciones productivas sobre cooperación”, informó Vesti TV en una entrevista.
Esto es lo que Kim quiere:
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