Juan Carlos Cruz, víctima del sacerdote Fernando Karadima, narra su testimonio sobre los presuntos encubrimientos del obispo Juan Barros en Chile, quien ha sido defendido por el Papa
El testigo clave en el caso de un obispo chileno acusado de encubrir abusos sexuales dijo el sábado que dio un testimonio “revelador” a un investigador ordenado por el Papa y espera que conduzca a la verdad.
Juan Carlos Cruz se reunió en una iglesia en el Upper West Side de Manhattan durante aproximadamente cuatro horas con el arzobispo Charles Scicluna, uno de los investigadores del Vaticano más experimentado y respetado en los temas de abuso sexual del clero.
“Ha sido una buena experiencia y hoy me siento muy esperanzado”, dijo a periodistas luego de la reunión. “Siento que me escucharon (…) fue muy intenso y muy detallado y muy, a veces, revelador para ellos”, añadió. “Con suerte, conducirá a cosas buenas”, anticipó.
El Vaticano anunció el 30 de enero que el papa Francisco había designado a Scicluna para investigar las acusaciones de que el obispo Juan Barros de la diócesis de Osorno en Chile había encubierto crímenes contra menores.
Este fue un dramático giro para el Papa, quien ocho días antes había dicho a periodistas a bordo de su avión mientras realizada un viaje por Chile y Perú que estaba seguro de que Barros era inocente y que el Vaticano no había recibido ninguna evidencia concreta en su contra.
“Por primera vez siento que nos están oyendo”, dijo Cruz, quien ahora vive en Filadelfia y trabaja para una empresa multinacional en la cercana Delaware. “Veremos cuál es el resultado de todo esto, pero creo que Monseñor Scicluna es un hombre muy bueno, y creo que se sintió sinceramente conmovido por lo que estaba diciendo. Lloró”, contó.
“Él estaba escuchando mi testimonio, y yo le estaba contando sobre el abuso, sobre el encubrimiento (y) la forma en que los supervivientes, no solo a mí, nos tratan (…), el costo personal para alguien. Estaba llorando (…), no fue una actuación (…), sentí que estaba preocupado y que estaba escuchando”, agregó Cruz.
Scicluna se negó a comentar sobre los detalles del testimonio.
Cuando era adolescente, Cruz fue abusado sexualmente por el reverendo Fernando Karadima, quien fue encontrado culpable en una investigación del Vaticano en 2011 por abusar de él y de otros jóvenes durante muchos años. Karadima siempre negó las acusaciones.
El Vaticano le ordenó seguir una vida de oración y penitencia y lo excluyó del ministerio público, pero evitó el enjuiciamiento penal porque según la ley chilena había transcurrido demasiado tiempo desde los delitos. El hombre de 87 años todavía vive en Chile.
Cruz sostiene que Barros fue testigo del abuso por parte de Karadima, quien fue el mentor del obispo hace años en una parroquia de Santiago.
Barros siempre ha negado el encubrimiento y dijo que no sabía de ningún comportamiento errado de Karadima, quien lo preparó para ser sacerdote.
El caso Karadima sacudió Chile y muchos en el país protestaron por la decisión del Papa de nombrar a Barros obispo en el 2015. Esa situación influyó en el viaje del Papa a Chile el mes pasado.
Scicluna viajará a Chile el martes para continuar con su investigación. Cruz dijo que estaba “emocionalmente agotado”, pero sintió empatía con Scicluna y otro sacerdote de la oficina de doctrina del Vaticano en Roma, que también participó de la reunión.
Durante su visita a Chile el mes pasado, el Papa dijo irritado a un periodista chileno: “El día que me traigan una prueba contra el Obispo Barros, ahí voy a hablar”. “No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia”, agregó.
Posteriormente se disculpó con las víctimas, reconociendo que su elección de palabras y el tono de voz habían “herido a muchos”.
Cruz dijo que todas las víctimas merecían ser escuchadas con el mismo respeto y tratamiento que él recibió de Scicluna.”El Papa necesita comprender que eso es lo que necesitan los sobrevivientes. No es necesario que los casos lleguen a los medios para que le presten atención”, añadió.
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