Ozzy volvía varias veces a casa con un collar ajeno al propio y con una placa en las que se leía otro nombre y otro número telefónico de contacto
El amor que algunos dueños llegan a tener por sus animales pareciera no conocer límites, incluyendo los financieros, y son capaces de gastar miles de pesos con tal de demostrar incondicionalidad a su mascota.
En Londres, dos mujeres se enfrascaron en una batalla judicial que las llevó a erogar más de 20 mil libras esterlinas, con tal de demostrar que un gato les pertenecía y sobre el cual no compartirían su custodia.
Todo comenzó cuando una mujer de profesión psicoterapeuta descubrió que su gato de nombre Ozzy estaba siendo alimentado por una vecina.
El peludo gris con blanco vivía junto con su dueño en el adinerado barrio londinense de Brackenbury Village, en donde todas las tardes acostumbraba salir a dar un paseo.
Tras varias escapadas, la dueña descubrió que Ozzy regresaba con menor apetito y con el pelo sedoso.
Para resolver el misterio, la propietaria equipó al animal con un collar GPS que desveló la vida secreta de Ozzy, quien pasaba largas horas en casa de una vecina.
Además de eso, Ozzy volvía varias veces con un collar ajeno al propio y con una placa en las que se leía la palabra “Mirror” junto con el número telefónico de la vecina.
Al ser confrontada, la mujer señaló que no hacía nada malo y que el animal era una criatura sensible que iba todas las tardes en búsqueda de cariño.
La legítima dueña de Ozzy recurrió entonces a un abogado para intentar prohibir a la vecina que alimentara a la mascota, iniciando una batalla legal que en total costó a ambas partes más de 20 mil libras (488 mil 474 pesos aproximadamente).
Tras varios años, finalmente llegaron a un acuerdo legal vinculante antes de Navidad, por el cual la vecina aceptó limitar sus interacciones con el animal.
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NCV