Las personas de la tercera edad fueron contratados fueron contratados para labores de limpieza
Adultos mayores cargan los muebles que los diputados ya no quieren en sus oficinas, hasta varillas y rieles metálicos que van y vienen por San Lázaro en los primeros días de la legislatura. Cerca de 200 hombres y mujeres de la tercera edad es parte del sector que ha sido prioridad a estas acciones en el Congreso de la Unión, en San Lázaro, aunque fueron contratados para labores de limpieza básica.
Los ancianos son parte de los 468 empleados a través de una empresa para trabajar en la Cámara de Diputados. Ganan 140 pesos al día y también deben transportar lockers y escritorios, tarea que muchos de ellos han realizado varios años, aparte de limpieza de baños, edificios, Cendis, calzadas interiores, biblioteca, escaleras, esculturas y mobiliario asociado. Muchos de ellos, por la avanzada edad padecen problemas auditivos, visuales o reumas.
Son personas que ya habían cumplido con un ciclo laboral, pero el abandono familiar o la obligación de seguir aportando un ingreso a la casa, los hace reintegrarse en la nómina de una de las pocas empresas que los contrata a esa edad. La Ley de Adultos Mayores vigente habla de evitar la explotación o el acorralamiento económico de estas personas que viven el ciclo final de la vida.
Las personas agradecen que aún los tomen en cuenta para poder trabajar, sin embargo, han sido víctimas de malos tratos y trabajos pesados para su avanzada edad, “muchos ya no estamos para esto”, comentan.
Expresan molestia ya que por tan pesadas labores se les pagaría un porcentaje extra que al final de la jornada no llegó a sus manos.
En lo que va del gobierno de López Obrador, aumentaron 10 pesos a su sueldo, cuando antes percibían 130 pesos diarios, ahora reciben 140, expresan que esperan que con el incremento de su sueldo “no les vaya peor en sus labores cotidianas”.
“Hay mucha gente de limpia que no es feliz, se les ve triste. Entre compañeros tenemos que levantarnos el ánimo”.
Otra de las graves situaciones a las que se presentan es que “si en el servicio del ISSSTE o IMSS, que nos tiene por jubilados, nos preguntan qué nos pasó, no podemos decir que fue por un accidente de trabajo. Así, nos dejan a nuestra suerte” comentan los afectados.
Los trabajadores de la tercera edad que llegan al servicio de limpia de la Cámara son enganchados por quienes ya trabajan allí; son pocas las empresas que los aceptan a esa edad.
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