Las universidades públicas de Argentina convocaron a una marcha para protestar por recortes presupuestales que podrían derivar en cierres de instituciones educativas
Aunque el gobierno argentino aseguró que las universidades no cerrarán, distintas instituciones educativas han expresado su crisis presupuestal.
Estudiantes y docentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) protestan con clases públicas en la calle y abrazos simbólicos a edificios en repudio del drástico ajuste del gobierno, que puede provocar el cierre de la institución en dos o tres meses, alertaron sus autoridades el jueves.
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El presidente ultraliberal Javier Milei no actualizó el presupuesto de la universidad, que funciona con los fondos de 2023 en momentos en que el país padece un 288 por ciento de inflación interanual.
“Si la situación no cambia, en dos o tres meses la UBA podría cerrar”, dijo este jueves en conferencia de prensa Ricardo Gelpi, rector de la universidad, que es la más importante del país con más de 300 mil alumnos.
“Esta situación no la vivimos nunca antes en los últimos 40 años de democracia”, señaló Gelpi. “Llegamos a un punto de extrema gravedad, en el que se ve comprometido el futuro de cientos de miles de argentinos y argentinas”, agregó.
La UBA, que se declaró en “emergencia presupuestaria”, restringió el uso de electricidad y gas y, desde el miércoles, sus aulas y pasillos están en penumbras, sin aire acondicionado ni calefacción y con sus ascensores reservados para personas con discapacidad.
Las universidades públicas de todo el país convocaron a una marcha nacional el 23 de abril, que se espera sea multitudinaria.
En las últimas semanas, se han impartido clases abiertas en la vía pública y cientos de personas realizaron este jueves un abrazo simbólico al Clínicas, uno de los seis hospitales dependientes de la UBA, que según indicó su director Marcelo Melo, trabaja “al 30 o 40 por ciento de su capacidad” por la falta de fondos.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró el miércoles que “las universidades no van a cerrar” y que “se ha presentado el 9 de abril un pedido de aumento de partida presupuestaria al cual se le dio curso”.
El mes pasado, el gobierno había anunciado además un 70 por ciento de aumento para gastos de funcionamiento de las universidades nacionales, que según explicó el vicerrector Emiliano Yacobitti en el canal TN, en el caso de la UBA solo alcanza a cubrir gastos de funcionamiento, que representan el 14 por ciento del total.
También el miércoles, integrantes del consejo de investigaciones científicas Conicet entregaron a las autoridades más de mil cartas de adhesiones de investigadores extranjeros en apoyo a la ciencia argentina ante la suspensión de becas y los despidos en la entidad.
Milei denunció en su cuenta de X que existe “adoctrinamiento” en las universidades, y compartió una serie de pancartas pegadas por agrupaciones políticas en universidades con leyendas en su contra.
Gabriela Berg, una bioquímica y profesora de la UBA de 60 años que participó de la movilización de este jueves, lo niega.
“No hay adoctrinamiento, como en todas las universidades del mundo puede haber militancia política pero de todos los partidos políticos; ninguno está vedado”, dijo.