Gregg Miller es el creador de los testículos de silicona para perro
Gregg Miller se ha dado a conocer por su curioso ejemplo de amor y de empatía con los animales con un caso de éxito empresarial ya que en los años 90 desarrolló una prótesis de testículos para su perro después de castrarlo y este producto, comercializado a gran escala en las últimas dos décadas, se ha hecho tan popular que lo ha convertido en millonario.
La castración no sólo impide que las mascotas se reproduzcan, sino que es conveniente para reducir la agresividad y algunos problemas hormonales, así que Miller, como cualquier dueño, llevó al veterinario a su perro Buck para realizar esta operación. Sin embargo, al regresar a casa el animal notó que le faltaba algo y miró a su dueño preguntándose qué había pasado, ha explicado en diversas entrevistas
Su cara cara de pena le conmovió tanto pensó en una solución, así que volvió al veterinario y le comentó su idea: ¿por qué no fabricarle unos testículos artificiales?. Después del shock inicial le convenció para trabajar juntos en un prototipo que llegaron a probar en decenas de mascotas.
El éxito ha sido tal que este ciudadano de Misuri ha vendido más de 500 mil pares de prótesis en todo el mundo y se ha hecho millonario. Los nuevos testículos, se implantan en colaboración con clínicas veterinarias de medio centenar de países, valen una media de más de 300 dólares e incluso algunos modelos se aproximan a los 500. Es más, la empresa ha diversificado el negocio tanto que llegó a fabricar un pedido especial para un elefante por un importe de 2 mil 800 dólares.
Quizá estos precios no sean accesibles para todo el mundo, pero los famosos no se han podido resistir. Por ejemplo, el perro de Kim Kardashian, Rocky, lleva una prótesis de Neuticles, según anuncian orgullosos en su página.
En 2005 Miller ganó por este invento el premio Ig Nobel, parodia de los Nobel, en su categoría de Medicina. Un año antes el premiado había sacado un libro contando su vida: la portada eran dos nueces.
No obstante, no todo el mundo está encantado con el invento. El Consejo Veterinario de Nueva Zelanda dice que el uso de estas prótesis no beneficia a los animales y no se puede justificar, y en el Reino Unido el Royal College of Veterinary Surgeons rechaza por motivos éticos cualquier uso de cirugía en animales que tenga propósitos meramente estéticos.
Contenido relacionado