Los cobradores son personas intimidantes que realizan llamadas constantes o acuden armados a los negocios y casas del deudor
Esta semana las imágenes de una mujer colombiana cometiendo suicidio junto con su hijo de 10 años en un puente de la región de Ibagué, tocó el corazón de miles de personas que se preguntaron ¿Qué pudo haber sido tan grave para tomar esa decisión tan fatal?
Si bien la policía no conoce el perfil psicológico de la joven de 32 años, es predecible un cuadro de depresión y angustia, así como la falta de una red de apoyo social y familiar que la hicieron considerar la muerte como la única y mejor opción.
Hasta el momento lo único que saben las autoridades es que la mujer era perseguida por una deuda que le cobraban “gota a gota”, provocando en ella ansiedad y desesperación por no saber cómo liquidar ese pago.
Este tipo de préstamos son muy comunes en diversas regiones de toda América Latina, en muchos lugares cambian de nombre, pero en esencia se trata de lo mismo.
Las personas desesperadas por conseguir dinero de forma rápida y sin trámites, avales o garantías, acuden a casas de empeño y usura con prestamistas “anónimos” que sin preguntar nada, les otorgan un préstamo en efectivo de varios miles de pesos.
Con este dinero los deudores pueden salir del apuro económico, sin embargo se meten en un embrollo mayor pues este tipo de dinero rápido se tiene que devolver en cuotas muy pequeñas pero con intereses altísimos.
La actividad del préstamo “gota a gota”, también conocidos como “préstamos express” o el “prestadiario”, tiene décadas de existencia y es legal en muchos países, pero comienza a preocupar a las policías de Latinoamérica por los delitos asociados a ella.
Además, los préstamos “gota a gota” se deben de pagar en un plazo muy breve, generalmente menor a dos meses y el monto devuelto puede ir desde el 10 hasta el 40 por ciento más.
Los cobradores son personas intimidantes que realizan llamadas constantes al domicilio o acuden armados a los negocios y casas del deudor, amenazándolas con tomar represalias si el pago no se efectúa puntualmente.
El acoso sobre las personas es tal, que logran ser desplazados de sus hogares y hasta perseguidos por estas personas.
De acuerdo con el director de la consultora colombiana Decisive Point, Román Ortiz, existen tres razones para la proliferación de los “gota a gota” en su país.
Entre ellos se encuentra la falta de mecanismos adecuados para proteger a sus ciudadanos en zonas empobrecidas y alejadas, donde grupos extorsionadores pueden operar; la falta de funcionamiento del sistema judicial que genera informalidad e ilegalidad; y la baja bancarización de las personas que no pueden acceder a créditos y están obligadas a moverse en la economía informal.
“El sector informal es abordado por estructuras criminales con este tipo de préstamos de usura con tasas de interés muy altas”, señaló el investigador.
Un reporte policial en Perú da cuenta de que la modalidad de préstamos “gota a gota” operados por grupos ilegales colombianos alcanzó a 97 ciudades de ese país.
Debido a ello autoridades colombianas han impulsado la campaña #NoPrestesTuVida, una iniciativa para prevenir a sus ciudadanos de esta actividad por los peligros que conlleva.
“Las sumas de dinero se incrementan tanto que los que accedieron a esos préstamos ya no pueden pagar e incumplen con las cuotas pactadas, ante ello los ‘prestamistas’ los agreden, extorsionan y los amenazan de muerte si no pagan la suma prestada y el total de intereses”, resalta el especialista en seguridad.
Las investigaciones policiales señalan que algunos de estos falsos prestamistas andan fuertemente armados y tendrían nexos con bandas criminales colombianas.
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