El tema del coronavirus se ha salido de control, la opinión de los especialistas ha dejado de ser importante para darle paso al rumor
Un infectólogo en cada hijo te dio. Así debería de modificarse la letra del Himno Nacional. Es de verdad cansado tener que lidiar con tanto experto en la propagación de un virus. Todo el mundo, desde su trinchera, crítica, dicta medidas y recomienda acciones.
Me ha tocado leer mensajes de cadenas que mienten de forma descarada, como uno que se le atribuye al director de infectología del hospital Saint Luke’s, de Houston, que tiene mucha lógica, pero habría que decir que no es director sino directora la responsable de esa materia.
El tema del coronavirus se ha salido de control, la opinión de los especialistas ha dejado de ser importante para darle paso al rumor. Todo lo que se diga puede ser usado en su contra. No quiero polemizar sobre cuestiones en las que no soy experto, yo no estoy calificado para determinar cuándo se debieron de limitar los actos masivos o no.
De lo que sí puedo estar seguro es de que el encargado de esta emergencia, el subsecretario Hugo López-Gatell, fue director adjunto de Epidemiología cuando el titular de de Salud era José Ángel Córdova y quienes fueron los responsables de manejar la crisis por la influenza AH1N1, lo cual me parece credencial suficiente para confiar en su liderazgo.
No obstante, hemos tenido que escuchar la cantaleta inacabable de la incapacidad gubernamental para el manejo de la crisis. Una lluvia de mensajes en redes en donde se exigía la cancelación de eventos masivos. Me parece que el contagio de esta enfermedad y su dinámica poco puede ceder con la cancelación de eventos masivos, pero, de nueva cuenta, me refiero a los expertos y, en este caso, la postura gubernamental es que, por estar en la primera fase de la pandemia, esto era inútil.
Independiente de lo anterior, me parece ocioso que un gobierno prohiba algo que para un ciudadano es una obviedad. Si consideramos que es peligroso ir a un partido de futbol o a un concierto, lo más lógico y elemental es no asistir y, si asistimos, los pendejos somos nosotros y no el gobierno que no lo prohibió. Es una lógica de dos centavos inatacable. No puede responsabilizarse a nadie de nuestra propia salud, es una responsabilidad que no acepta desplazamiento.
De verdad que escuchar y leer tanta estupidez es cansado. Creo que debemos de ser muy responsables con el saldo económico de esta crisis de salud. No debemos olvidar que millones de mexicanos obtienen su ingreso ligado a la dinámica comercial derivada de las actividades diarias.
Es decir, tenemos millones de meseros, ayudantes y empleados que, si no hay actividad normal, sus ingresos se reducen en casi 90%, de la misma forma, choferes de taxi y coches de alquiler por aplicación, que mañana van a ver mermados sus ingresos.
Comprendo el miedo, pero la sicosis tiene distintos padres y madres. El primero y más importante somos los medios, que, lejos de explicar puntualmente, hemos optado por la sencillez de informar sin filtros lo que nos llega de otros lugares, sin tamizar las circunstancias particulares en cada lugar. No hemos tenido la habilidad, ni cumplido con nuestra responsabilidad, de explicar las reales consecuencias de esta pandemia y su peligrosidad específica.
Lo más grave e irresponsable de esta crisis es la que se puede atribuir a los actores políticos. Aquellos que, con tal de joder al presidente López Obrador, han magnificado las circunstancias de un problema que, si bien es cierto es totalmente real y peligroso, es diametralmente distinto al que se ha presentado en otros países como China, Italia e, incluso, EU.
Puedo vaticinar que, sin duda, habrá en México pérdidas humanas, un número impresionante de contagiados, pero la secuela económica será, sin duda, algo que no habremos de superar en muchos años. Lo lamentable es que, para algunos, parece más importante hacer política abrazando un cadáver que dar información que construya sociedad.
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