Las legumbres tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en los suelos, por lo que mejora la fertilidad y aumenta la productividad de las tierras de cultivo
Tomando en cuenta que solamente en México, uno de cada ocho niños y niñas menores de 5 años presentan una talla baja que puede ir de moderada a severa, acorde a su edad como consecuencia de una dieta insuficiente en el aporte los nutrientes necesarios, no solo para satisfacer su apetito, sino garantizar su óptimo desarrollo, es de suma importancia que se dedique un día del año para reflexionar sobre la importancia de las legumbres.
Así es, un elemento tan cotidiano para muchos, despreciado en algunos estratos sociales al considerarlos un alimento menor, pero que encierran un increíble valor alimenticio y por eso en 2019, la Asamblea General de la ONU proclamó el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres.
Las legumbres son las semillas comestibles de las plantas leguminosas que se cosechan para ser consumidas, como los frijoles, las lentejas y los chícharos secos son los que más conocemos y consumidos, siendo parte esencial de varias gastronomías alrededor del mundo.
Están presentes en las distintas gastronomías de todo el mundo, desde el delicioso hummus del Mediterráneo hecho a base de garbanzos, hasta un tradicional desayuno inglés con frijoles blancos o el dal de la India con guisantes o lentejas.
Entre las legumbres debemos excluir los cultivos que se cosechan verdes, como los chícharos verdes o los ejotes, ya que estos se clasifican como hortalizas. Así como aquellos cultivos empleados particularmente para la extracción de aceites, como son la soya o el cacahuete.
Pues bien, las legumbres contienen un alto valor en nutrientes y proteínas, por lo que son una excelente alternativa para sustituir la carne y los lácteos, ya sea porque se lleva una dieta vegana o porque se vive en una región o situación en la que éstos no son muy accesibles.
Entre los muchos beneficios de las legumbres está su bajo aporte de grasa y que son ricas en fibra, ayudando a reducir el colesterol y al control del azúcar en la sangre.
Es por eso que los organismos de salud recomiendan su consumo como una de las estrategias para hacer frente a las catastróficas enfermedades no transmisibles, como la diabetes y obesidad, o a los padecimientos cardíacos.
Como si faltara algo, las legumbres tienen la capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico en los suelos, por lo que mejora la fertilidad y aumenta la productividad de las tierras de cultivo. Además, empleando la técnica del cultivo intercalado, los productores pueden promover la biodiversidad agrícola, manteniendo a raya las plagas y enfermedades nocivas.
Entonces, por su propiedad de fijar el nitrógeno, pueden contribuir a la mitigación del cambio climático, reduciendo la dependencia de los fertilizantes sintéticos que se utilizan para inyectar nitrógeno al terreno.
Por último, las legumbres son un cultivo muy beneficioso para los agricultores ya que, pueden venderlas y consumirlas, lo que les ayuda a mantener la seguridad alimentaria en sus propios hogares, a la vez que son una fuente de estabilidad económica.
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