SEPOC, empresa propietaria del FSO Safer, no puede mantener la embarcación a salvo debido a la guerra de Yemen
Los Países Bajos y la ONU se reunieron en la ciudad neerlandesa de La Haya para buscar evitar que el buque FSO Safer cumpla una amenaza de derramar más de un millón de barriles de petróleo en el Mar Rojo.
El plan es transferir temporalmente el petróleo a otro buque de capacidad equivalente. António Guterres, secretario general de la ONU, destacó que el plan puede frenar este potencial desastre ecológico antes de su inicio.
Para ello, reportó que trabajó con las partes en conflicto para alcanzar un acuerdo, pero sobre todo para encontrar vías que permitan su financiación.
El proyecto cuenta con el apoyo necesario de las partes y, según cálculos de la ONU, se requiere de un presupuesto de 144 millones de dólares (mdd) para llevar a cabo la operación.
Para arrancar, se necesitan 80 mdd para una operación de emergencia de cuatro meses de duración. De momento, la ONU sostiene que ya cuenta con 40 mdd (donados por las partes involucradas).
Los Países Bajos prometieron, además, casi 8 mdd. Los otros donantes que firmaron compromisos fueron Alemania, Reino Unido, la Unión Europea, Qatar, Suecia, Noruega, Finlandia, Francia, Suiza y Luxemburgo.
Greenpeace se unió a la petición de la ONU para recaudar los fondos requeridos para la operación y resaltó la importancia de desplegar equipos de respuesta mientras llegan los fondos.
La instalación de almacenamiento y descarga llamada FSO Safer está amarrada frente a la costa de Yemen, en el Mar Rojo, desde 2015.
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SEPOC, empresa propietaria del FSO Safer, no puede mantener la embarcación a salvo debido a la guerra de Yemen.
Todas las operaciones de producción y exportación relacionadas con FSO Safer se han suspendido, pero todavía quedan a bordo barriles de petróleo crudo.
Bajo ese contexto, Greenpeace advirtió que “Una rotura del casco monocapa o una explosión podría agravar la crisis humanitaria en Yemen y provocar un desastre humanitario y medioambiental, en un vertido hasta cuatro veces mayor que el provocado por el vertido del Exxon Valdez en Alaska en 1989“.
Asimismo, la ONU señaló que el buque petrolero podría partirse o explotar en cualquier momento y provocar una catástrofe humanitaria y ambiental frente a las costas del Mar Rojo, en Yemen.
El derrame eliminaría hasta 200 mil medios de subsistencia de forma instantánea al devastar comunidades pesqueras de la costa yemení del Mar Rojo. Asimismo, las toxinas y la contaminación del aire afectaría a millones de personas.
Por otro lado, el cierre de los puertos cercanos de Hodeidah y Saleef imposibilitaría el traslado de comida, combustible y suministros incrementando la crisis en un país en el que 17 millones de personas necesitan ayuda alimentaria, dijo la ONU.
Además, podrían desaparecer temporalmente las plantas desalinizadoras de la costa del Mar Rojo, cortando una fuente de agua para millones de personas.
Los efectos no se limitan a los humanos. El derrame de petróleo tendría grave impacto medioambiental sobre el agua, los arrecifes y los manglares.
También afectaría al transporte marítimo pues lo viajes a través del estrecho de Bab al-Mandab hacia el Canal de Suez podrían costar miles de millones adicionales a diario.
Por último, la ONU señaló que el coste de la limpieza en caso de vertido se estima en 20,000 millones de dólares. “Gastar decenas de millones de dólares ahora servirá para ahorrar decenas de miles de millones en el futuro“, concluyó la Organización.
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CAB