Varios misiles británicos Storm Shadow, con un alcance superior a los 250 km, fueron lanzados contra al menos un objetivo militar ruso.
Según informaron medios británicos el miércoles, Ucrania utilizó misiles de largo alcance británicos contra territorio ruso con la autorización de Londres, un día después de lanzar misiles estadounidenses. Esta escalada fue instada a detenerse por China y varios países latinoamericanos.
Ucrania había estado solicitando autorización durante un tiempo para utilizar estas armas recibidas, pero sus aliados occidentales temían la reacción de Moscú, que consideraba el uso de estos misiles como una violación de una “línea roja”.
Varios países occidentales proporcionaron misiles de largo alcance a Ucrania, pero no habían autorizado su uso en territorio ruso.
Finalmente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó el uso de estos misiles contra objetivos dentro de Rusia, según anunció Washington el domingo. Biden, quien entregará la presidencia en enero al magnate republicano Donald Trump, quien es mucho menos dispuesto a brindar apoyo financiero a Ucrania.
Rusia ha intensificado en los últimos días sus advertencias tanto a Ucrania como a las potencias occidentales, en respuesta a la decisión de Estados Unidos sobre los misiles de largo alcance.
Además de autorizar el uso de estos misiles, Washington anunció el miércoles su intención de suministrar minas antipersona a Ucrania, un tipo de arma ampliamente criticada por las víctimas civiles que deja incluso mucho después de que termine el conflicto.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que estas minas son “muy importantes” para frenar el avance de las tropas rusas, que continúan avanzando en el este y han reclamado la captura de una localidad cerca de la ciudad de Kurajove.
Según Estados Unidos, las minas que se suministrarán serán “no persistentes”, es decir, estarán equipadas con un mecanismo de autodestrucción o autodesactivación.
La Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona (ICBL), galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1997, condenó esta “terrible” decisión de Estados Unidos y urgió a Ucrania a rechazar este tipo de armamento.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acusó a Estados Unidos de querer “prolongar la guerra en Ucrania y hacer todo lo posible para lograrlo”.
En los últimos días, Rusia ha renovado sus amenazas nucleares, acusando a las potencias occidentales de “querer una escalada” en el conflicto.
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Según un decreto firmado el martes, Rusia ahora puede recurrir a armas nucleares contra un país como Ucrania, que no posee armas nucleares, pero que cuenta con el apoyo de una potencia nuclear, como Estados Unidos. Este cambio en la política “descarta de facto la posibilidad de derrotar a las fuerzas armadas rusas en el campo de batalla”, afirmó el miércoles el jefe de la inteligencia exterior rusa, Serguéi Narishkin, sugiriendo que Rusia optaría por el uso de la bomba atómica antes que arriesgarse a una derrota en una guerra convencional.
Washington, París, Londres y la Unión Europea condenaron esta actitud como “irresponsable”. Mientras tanto, Ucrania instó a sus aliados a “no ceder al miedo”.
El presidente chino, Xi Jinping, de visita de Estado en Brasil, pidió “más voces comprometidas con la paz” para buscar una “solución política” al conflicto en Ucrania, según la agencia de noticias Xinhua.
Brasil, Chile, Colombia y México emitieron un comunicado conjunto en el que instaron a evitar una “escalada de la carrera armamentista” y a que el conflicto no se “agrave” aún más.
Ucrania criticó este miércoles a sus aliados occidentales por el cierre temporal de sus embajadas en Kiev, debido al temor a un posible bombardeo ruso masivo, destacando que la amenaza de ataques es una “realidad cotidiana” desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.
Las embajadas de Estados Unidos, España, Italia, Hungría y Grecia anunciaron el cierre de sus instalaciones durante ese día.
La embajada de Estados Unidos indicó en su página web que había recibido “información específica sobre un posible ataque aéreo significativo el 20 de noviembre”.
Por su parte, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski señaló que difundir este tipo de información solo “ayuda a Rusia”, insistiendo en que la amenaza sigue siendo la misma.
La inteligencia militar ucraniana (GUR) afirmó que Rusia está llevando a cabo una guerra “psicológica” mediante la difusión de mensajes falsos sobre bombardeos inminentes a través de las redes sociales.
Las alertas antiaéreas sonaron varias veces en la capital durante la noche y el día, aunque no se reportaron víctimas.
Sin embargo, un bombardeo ruso en un pueblo del este de Ucrania, cerca de Kramatorsk, mató a un niño de 11 años e hirió a su hermana y a su abuelo, según la fiscalía regional.