Contraponiéndose al turismo de rapiña, el turismo sustentable busca que un entorno y/o ecosistema turístico perpetúe su belleza.
Todos soñamos con ir de vacaciones a algún lugar turístico que tenga majestuosos paisajes llenos de vida y belleza natural; sitios casi vírgenes en donde el paso del hombre no se note en sus grutas, ruinas o caminos.
Sin embargo, esto nunca es posible dado que muy pocos visitantes conocen y practican el turismo sustentable, una forma de viaje que permite guardar y conservar los espacios naturales de la manera más cuidada posible.
Este tipo de turismo está siento muy aceptado y difundido por diversos espacios, educando y reeducando a los visitantes a áreas naturales protegidas o no, de diversas partes del mundo.
El turismo sustentable busca cuidar el lugar donde se va a vacacionar, respetando el patrimonio de las diversas civilizaciones, no sustrayendo ningún objeto o planta de la zona, aprovechando al máximo los recursos disponibles sin desperdicio, y promoviendo la comprensión entre los diferentes pueblos existentes.
De esta forma, las personas se vuelven conscientes de que las zonas visitadas forman parte de un entorno o ecosistema del cual dependen decenas de animales y/o personas, por lo que evitan rapiñar o maltratar los sitios cuidándolos mediante seis prácticas acciones:
1. Investiga sobre tu alojamiento
Actualmente está muy de moda el turismo Eco, es decir, publicidad que invita a practicar Ecoaventuras, salidas ecoturísticas y otras alternativas “ecoamigables” con el entorno.
No obstante muchos hoteles y agencias violan la legislación y reglamentos vigentes del lugar de destino, y aunque ofrezcan los mejores servicios con contacto a la naturaleza, es importante saber si la interacción que se hace con esta no fomenta el maltrato o sobreexplotación de la fauna, flora o mineral de un lugar.
Para generar una conciencia turística sustentable lo mejor es invadir lo menos posible la naturaleza, sobre todo cuando realizamos este tipo de actividades.
2. Respeta la flora y fauna silvestres
Por más atractivo y exótico que te parezca, no compres ni consumas especies en peligro de extinción. No resulta complicado informarse sobre este aspecto. Tampoco las fotografíes, ya que esto estimula a quienes comercian con estos animales a buscarlos. Es mejor que ni en imagen te lleves un recuerdo que en el futuro pueda desaparecer.
3. Opta por el transporte terrestre
En lo posible no utilices aviones, avionetas ni helicópteros; el transporte aéreo genera la mayoría de emisiones de gases de efecto invernadero en el sector turístico. Evita este tipo de transporte siempre y cuando sea factible.
Si el área lo permite recorre a pie o a bordo de bicicleta los sitios turísticos, y deja también de lado los traslados en carretas tiradas por animales, caballos o motocicletas las cuales también generan contaminación sonora.
4. Respeta los reglamentos ambientales del destino
Que otros incurran en delitos ambientales no te da derecho a cometerlos tú. Gran parte de los destinos turísticos son áreas naturales protegidas; consérvalas para el futuro, no eres el único que quiere visitarlas.
Evita la quema de fogatas, el pintar rocas o paredes, el extraer flora o fauna de la zona, recolectar florecitas o semillas, subirte a lugares claramente prohibidos para una selfie, o quitar de su sitio señalamientos bien establecidos.
5. Opta por lo local
Ya que estás de visita en un destino, consume lo local: las artesanías, la gastronomía y los otros productos locales que te ofrece ese lugar paradisíaco. Cómpralo al precio que te lo piden, no regatees.
6. No tires basura
Aunque el destino no lo indique, trata de generar la menor cantidad de desechos. Los desechos que generes, tíralos en los lugares indicados. Ni las calles ni las playas son basureros. Respeta el entorno, la comunidad. No querrías que nadie fuera a tirar basura a tu casa.
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NCV