En el caso de México, el turismo es una de las principales palancas de crecimiento, siendo ya la tercera fuente de divisas y generando el 8.8 % del empleo total del país
Mucho más allá de la imagen de gente viajando y disfrutando de sus vacaciones, hablar de turismo es referirse a una de las principales actividades económicas a nivel mundial.
El turismo es un poderoso generador de empleos por la naturaleza de su efecto multiplicador, al involucrar a varias cadenas de valor en todo su proceso; moviendo la economía de varios sectores, de forma directa o indirecta.
Desde 1980, la Organización Mundial del Turismo (OMT) conmemora esta fecha con el objetivo de destacar los beneficios que deja a las economías, pero también para reflexionar sobre sus bondades e impactos negativos en la ecología.
Y es que, el turismo es responsable de uno de cada diez puestos de trabajo alrededor del mundo, puede llegar a representar 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del planeta, y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que en los próximos cinco años el sector de «alojamiento y restaurantes», junto con el de «servicios del sector privado», creará más empleos que todos los sectores de la economía, contribuyendo con esto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esto, en cualquiera de sus variantes que pueden ser:
- De aventura
- Ecológico
- De diversión
- Médico
- Sexual
- Cultural
- Funerario
- De negocios
En el caso de México, el turismo en todas sus variantes, es una de las principales palancas de crecimiento, siendo ya la tercera fuente de divisas, aportando el ocho por ciento del (PIB) y genera el 8.8 por ciento del empleo total del país. Mucho más que la industria de la construcción, la minería o el sector agropecuario.
Así, en el marco del Día Mundial del Turismo que se conmemora este 27 de septiembre, este año, el lema elegido por la OMT es “Turismo y empleo: Un futuro mejor para todos”, como un justo reconocimiento a un sector que puede ser la solución al grave problema de desempleo en el mundo, con cifras que rondan los 190 millones de personas desocupadas en 2018.
Por lo que, ante dicho panorama, tanto los gobiernos como el sector privado y el social, deben procurar que se generen las condiciones necesarias para abrir más y mejores fuentes de trabajo, pues en los últimos 30 o 40 años, este sector no ha dejado de crecer a tasas del cuatro por ciento anual.
Demostrando una capacidad de resiliencia, tanto por los embates económicos como por las afectaciones que dejan los desastres naturales, es impostergable seguir infravalorando y subestimando el papel del turismo en la generación de empleo, a la hora de formular y ejecutar políticas públicas.
Tan solo, en la reciente reunión de junio pasado de líderes mundiales del G20 en Osaka, Japón, en la declaración final destacó la contribución de este sector al crecimiento económico de todo el mundo, y al desarrollo sostenible e inclusivo, previéndose que continúe siendo un motor importante de crecimiento, junto con las industrias creativas.
Ante dicho panorama, es de urgencia que se ajusten y minimicen las brechas en las condiciones laborales de los trabajadores del sector, así como afinar la parte de competencias y capacitación, ante los cambios tecnológicos y sociales que se viven hoy en día, pensando en los puestos de trabajo que puedan verse afectados por la automatización; además de las nuevas plataformas que ofrecen servicios turísticos, a la par de la estructura tradicional (el llamado turismo compartido).
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