Robert Lloyd Schellenberg será condenado a pena de muerte mientras realizaba un viaje a China en 2019; el gobierno de Canadá criticó la decisión.
Un tribunal chino confirmó en segunda instancia este martes la pena de muerte al canadiense Robert Lloyd Schellenberg por tráfico de drogas, con el fondo de grave crisis diplomática entre Beijing y Ottawa. Este fallo se produce un día antes de que la justicia china anuncie su veredicto sobre el también ciudadano canadiense Michael Spavor, acusado de espionaje.
Su detención en China, así como la del ex diplomático Michael Kovrig, también canadiense, tensionó a finales de 2018 las relaciones bilaterales ya complicadas por el arresto unos días antes en Canadá, de Meng Wanzhou, la alta directiva del gigante chino de telecomunicaciones Huawei, a pedido de Washington.
Robert Lloyd Schellenberg fue condenado en enero de 2019 a la pena capital. El tribunal le acusó de haber introducido, junto con otros acusados, más de 220 kilos de metanfetaminas. Reconocido culpable en el pasado en Canadá por tráfico de drogas, Schellenberg se declaró inocente y aseguró que había ido a China por turismo y apeló la condena.
El Tribunal Popular Supremo de la provincia de Liaoning, la provincia donde fue juzgado “decidió rechazar la apelación y confirmar el fallo inicial”, dijo el martes en un comunicado. En pleno “estimó que los hechos constatados en primera instancia eran claros, las pruebas fiables y suficientes” y que la pena de muerte es “apropiada”, precisó.
“Condenamos el veredicto en los términos más fuertes y apelamos a la clemencia de China”, declaró a la prensa Dominic Barton, embajador de Canadá en China. “Hemos trasladado en varias ocasiones a China nuestra firme oposición a esta pena cruel e inhumana y continuaremos haciéndolo”, añadió.
El fallo coincide con la comparecencia de Meng Wanzhou, la directora financiera de Huawei, ante un tribunal canadiense en la última serie de audiencias consagradas a su eventual extradición a Estados Unidos.
El proceso en apelación de Schellenberg se realizó en mayo de 2019, por lo que la justicia china ha tardado más de dos años en pronunciar su veredicto. Detenido en 2014, había sido condenado a 15 años de cárcel en primera instancia.
Pero poco después de la detención de la ejecutiva de Huawei, la justicia estimó el veredicto como demasiado “indulgente” y anunció la apertura de un nuevo proceso.
Meng Wanzhou, de 49 años, fue detenida el 1 de diciembre de 2018 en el aeropuerto de Vancouver a petición de Estados Unidos, que la quiere juzgar por fraude bancario.
Unos días después de la detención de Meng, China detuvo a dos canadienses: el ex diplomático Michael Kovrig y el hombre de negocios Michael Spavor. Detenciones que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ve como represalia, lo que Beijing desmiente. Los dos hombres han sido juzgados por “espionaje” la pasada primavera en un juicio a puertas cerradas.
Las detenciones y los procedimientos judiciales contra Spavor y Kovrig se basan en “falsas acusaciones para las que no hay absolutamente ningún fundamento en la ley”, afirmó el ministro canadiense de Justicia, David Lametti. También denunció la condena a muerte de Schellenberg en una conferencia de prensa.
En 2015, China redujo de 55 a 46 el número de delitos punibles con la pena de muerte. El número de ejecuciones realizadas en el país es un secreto de Estado. La más reciente contra un occidental fue la de Akmal Shaikh, un británico ejecutado en 2009 por tráfico de heroína, según la agencia oficial Xinhua.
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