Este jueves, una fiscalía en Argentina acusó a tres personas en el caso que investiga la muerte del cantante británico Liam Payne, quien falleció el pasado 16 de octubre tras caer desde el tercer piso de un hotel en Buenos Aires.
Uno de los imputados es alguien que acompañó a Payne durante su estadía en Buenos Aires, mientras que otro es un trabajador del hotel donde ocurrió su fallecimiento, y el tercero ha sido identificado como “un proveedor de estupefacientes”.
Según la fiscalía, la acusación de estas tres personas, cuya detención ya ha sido solicitada, se realizó tras una minuciosa investigación que incluyó decenas de declaraciones, el análisis de más de 800 horas de grabaciones de cámaras del hotel y de áreas públicas, así como del teléfono de Payne y de varios testigos, además de exámenes tanatológicos y de laboratorio.
El primer acusado fue descrito en el comunicado como “quien acompañaba habitualmente al artista” durante su estancia en Buenos Aires y enfrenta cargos por abandono de persona seguido de muerte y por el suministro y facilitación de estupefacientes.
El segundo imputado es un trabajador del hotel Casa Sur, donde Payne se alojaba, acusado de haberle proporcionado cocaína durante su estancia; mientras que el tercer acusado habría suministrado drogas al cantante en dos ocasiones.
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La fiscalía también informó que los estudios toxicológicos indicaron que, en los momentos previos a su muerte y en las últimas 72 horas, Payne tenía en su organismo rastros de consumo combinado de alcohol, cocaína y un antidepresivo prescrito.
Los informes médicos concluyeron que “todas las lesiones de Payne son compatibles con una caída desde una gran altura, y se descartaron tanto lesiones autoinfligidas como la intervención física de terceros”.
Las pericias iniciales también confirmaron que el músico no adoptó una postura reflejo para protegerse durante la caída, lo que lleva a los investigadores a considerar que “podría haberse precipitado en un estado de semi o total inconsciencia”. Así, se descarta la posibilidad de que haya sido “un acto consciente o voluntario”, ya que “dadas las condiciones en las que se encontraba, no era capaz de comprender ni controlar sus acciones”.
El cuerpo del exintegrante de la banda One Direction fue trasladado ayer desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires, hacia Londres en un vuelo de British Airways, tras haber sido embalsamado en el Cementerio Británico de Buenos Aires para preservar sus restos.