La Policía de la CDMX ha desmantelado banda de narcomenudistas que operan en familia, dentro de sus viviendas en el Barrio Bravo de Tepito; ofreciendo todo tipo de drogas
Hombres y mujeres de una familia de distintas edades que se dedicaban al mismo negocio, la venta de drogas. El caso de una banda compuesta por hermanos, primos, tíos o sobrinos; todos presos al menos una vez por distintos delitos, es la historia que esta semana nos presenta nuestro compañero Carlos Jiménez en “Tras pista”.
El singular negocio de la familia operaba dentro de una unidad habitacional en el corazón del llamado Barrio Bravo. El lugar era controlado por ellos. Incluso colocaban una silla en una de las puertas, para vigilar día y noche a las personas que entraban o salían del inmueble.
En ocasiones se colocaban entre los puestos, para observar a quienes se acercaban por la zona y reportar si veían a alguien desconocido.
En una vecindad cercana se encontraban los del 69. Hombres y mujeres también miembros de una familia que se dedica al mismo negocio, pero en el número 69 de la calle Jesús Carranza.
La policía de la Ciudad de México que investiga la forma de operar de los grupos de narcomenudistas en el barrio de Tepito ha descubierto a familias completas que colocan una especie de tianguis en sus vecindades, dedicadas a la venta de narcóticos.
Con la información recopilada, los agentes de inteligencia que combaten el narcomenudeo planean operativos y emiten lo que llaman consignas de vigilancia.
Los elementos en campo las reciben y se dedican a patrullar las zonas que les indican. Los agentes trabajan en células en busca de sus objetivos, y así van ubicando a las personas que distribuyen drogas de todo tipo, sabores y precios.
En una de los operativos más recientes donde se captura algunos de estos emprendedores en familia, se les incautaron narcóticos de sabores bola, candy, orange, califas, oggi diablo y demás. Incluso un carrito de supermercado que usaban para mover su mercancía.
Además, dentro de las vecindades las autoridades han hallado que colocan altares a la santa muerte y también de la religión yoruba. Todo según ellos, buscando que el negocio en familia les salga bien.
Así, el análisis de inteligencia, los operativos en campo de los agentes de la policía capitalina, se ha logrado detener poco a poco a los miembros de más de una familia que dedican a la venta de drogas.
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