El saldo de la actual dirigencia es 80% menos militantes, 11 gubernaturas perdidas, incluyendo cinco bastiones históricos, y poca fuerza en los congresos locales.
En los últimos cinco años bajo el liderazgo de Alejandro Moreno, la supremacía política del PRI ha sufrido un colapso. Además de perder el 80.3% de sus miembros y 11 gubernaturas, incluyendo cinco bastiones, tuvo que aliarse con el PAN y el PRD para mantener Coahuila y reconquistar Durango.
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También cayó al cuarto lugar en la preferencia política nacional, tiene sólo 2.1% de las curules estatales y no ganó ni una por sí solo a nivel federal.
Información de los cómputos distritales y los PREP federal y de 32 estados donde hubo elecciones locales indica que el PRI sólo logró el triunfo en 120 presidenciales municipales con candidatos propios, mientras que con PAN y PRD ganó 442 ayuntamientos.
Con 60% del cómputo distrital de la elección presidencial, contabilizaba 9.8% de la votación, por debajo del 10.18% de Movimiento Ciudadano.
En tanto, al cierre de esta edición, el PRD sumaba 1.8% de la votación nacional, pero necesita 3% para mantener el registro.
La elección de 2 de junio agudiza debacle priista
Según el cómputo presidencial, cayó al cuarto lugar de las preferencias electorales a nivel nacional, al contabilizar 9.8% de la votación.
En cinco años del liderazgo de Alejandro Moreno, el PRI acabó con su hegemonía política, pues perdió el 80.3% de su militancia, 11 gubernaturas, entre ellas cinco bastiones, y necesitar del PAN y el PRD para retener Coahuila y recuperar Durango, amén de caer al cuarto lugar en la preferencia política nacional, tener sólo el 2.1% de curules estatales y no ganar ni uno por sí solo a nivel federal.
Con base en la información emanada de los cómputos distritales y el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) a nivel federal y en las 32 entidades federativas donde hubo elecciones locales, el PRI sólo logró el triunfo en 120 presidenciales municipales con candidatos propios, mientras que junto con el PAN y el PRD obtuvo el triunfo en 442 ayuntamientos.
Con el 60% del cómputo distrital de la elección presidencial, el PRI cayó al cuarto lugar de las preferencias electorales a nivel nacional, al contabilizar 9.8% de la votación, lo cual lo coloca por debajo de Movimiento Ciudadano, que obtuvo el 10.18 por ciento.
El PREP de la elección presidencial ya anticipa que el cuarto lugar es para los priistas, pues refleja que obtuvo 9.6% y Movimiento Ciudadano 10.4%, mientras que en las elecciones para senadores y diputados federales, el porcentaje obtenido lo mantiene como tercera fuerza política en el Congreso de la Unión, aunque la distribución de plurinominales lo puede colocar en el cuarto lugar, rebasada por el Partido Verde, que fue su aliado durante 12 años, pero ahora es su adversario político, al cerrar filas con Morena.
Respecto de las elecciones de 31 congresos estatales –en Coahuila sólo se eligieron ayuntamientos—el PRI debió sumarse a sus aliados del PAN y el PRD para obtener triunfos en sólo 116 distritos de todo el país.
En Durango, estado gobernado por el priista Esteban Villegas, su alianza se quedó con siete escaños de mayoría relativa y Morena obtuvo ocho; de esos siete, sólo cuatro son priistas. Además, perdió las elecciones para el Senado, aún con la alianza que hizo con el PAN y el PRD, por lo que por segunda ocasión consecutiva no tendrá senador por esa entidad, pues Gina Geraldina Campuzano, quien entrará como primera minoría, es panista.
En Aguascalientes, la coalición Fuerza y Corazón por México, que integran PAN, PRI y PRD, obtuvo las 18 diputaciones de mayoría relativa, pero todas fueron encabezadas por panistas, como ocurrió con los senadores, pues la fórmula de la coalición obtuvo el triunfo, pero las dos senadurías de mayoría están ocupadas por panistas.
Lo mismo pasó en el Congreso de Chihuahua, donde la coalición logró 14 de 22 diputaciones de mayoría relativa, pero ninguna es de priistas. De los 40 ayuntamientos ganados por esa opción política, 21 son priistas, mientras que la única senaduría que tendrá esa coalición es del panista Mario Humberto Vázquez.
Coahuila, que es el otro de los dos estados que gobierna, se registró un fenómeno en el que el PRI obtuvo el triunfo en 30 ayuntamientos, pero perdió la elección al Senado de la República, a pesar que encabezaba el exgobernador de la entidad, Miguel Ángel Riquelme, quien ingresará al Senado como primera minoría; mientras que sólo ganó una de las cuatro diputaciones federales.
Así, en Coahuila, a nivel interno, el PRI refrendó su poderío, pero en su representación federal perdió frente a Morena.
En Nuevo León, la coalición logró 16 de 26 escaños; el PRI no registró a ningún candidato en lo individual. En la elección para el Senado perdió la mayoría relativa y entrará una priista como primera minoría, mientras que para la Cámara de Diputados, la coalición empató a siete curules con Morena y sus aliados legislativos.
En el Estado de México, que recién perdió el año pasado y que durante cerca de un siglo fue uno de sus principales nichos electorales, la coalición ganó sólo cinco de las 45 diputaciones de mayoría relativa locales y de ellas, sólo dos son priistas y tres son panistas.
Perdió la elección para el Senado, pero aunque habrá un senador como primera minoría, es panista; esto significa que por segunda ocasión consecutiva, los priistas no tienen senador por el Estado de México, mientras que a nivel de diputaciones federales sólo obtuvieron una diputación y es panista.
El priismo mantiene el registro federal y en los estados, pero su presencia será marginal en los congresos de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua. Ciudad de México, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.
La derrota electoral en gubernaturas, que comenzó a registrar desde el año 2021 cuando perdió Colima, Campeche, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas; en 2022, cuando perdió Hidalgo y Oaxaca y en 2023, cuando dejó de gobernar el Estado de México, se refleja ahora en la escasa votación que registra.
Cuando Alejandro Moreno Cárdenas llegó a la presidencia del partido, con el respaldo del 83.04% del millón 247 mil 810 priistas que votaron, el INE tenía el registro oficial de siete millones 203 mil 191 priistas verificados; el año pasado, en la última actualización pública de la militancia partidista, el PRI tenía un millón 411 mil 889 militantes; es decir, en cinco años perdió cinco millones 791 mil 302 afiliados, equivalente al 80.3 por ciento.
Pero ese registro se verificó antes de que los priistas de Hidalgo, Yucatán, Oaxaca y Estado de México renunciaran para sumarse a Morena.