Alfie sufría de una enfermedad neurodegenerativa que devastó su cerebro y lo dejó hospitalizado en una unidad de cuidados intensivos neonatales en Liverpool desde diciembre de 2016
Alfie Evans, el bebé británico con una enfermedad terminal que atrajo la atención internacional debido a una serie de casos judiciales relacionados con la retirada del mecanismo que lo mantenía con vida, murió este sábado, informaron sus familiares.
Thomas Evans, el padre de Alfie, de 23 meses, escribió en Facebook: “Mi gladiador dejó su escudo y ganó sus alas a las 02:30 (horas locales)”.
El hospital decidió en diciembre de 2017 que no había posibilidad de recuperación y decidió retirar las maquinas que lo mantenían con vida.
A pesar de las objeciones de sus padres, Thomas y Kate, los médicos del Alder Hey Children’s Hospital quitaron a Alfie del soporte vital el lunes pasado. El bebé continuó respirando por sí mismo, pero sus padres y sus seguidores estaban preocupados de que la decisión pondría fin a su vida.
Los padres habían luchado para trasladar a su hijo a Italia, donde podían mantenerle el tratamiento. La justicia británica negó a los padres de Alfie esa posibilidad.
Los médicos británicos consideraban que desconectarle del soporte artificial era lo mejor en su propio “interés”, al considerar que la enfermedad que sufría estaba “erosionando” su cerebro y ya no podía ver ni oír, ni tenía sentido del tacto o el gusto.
El caso llamó la atención del Papa Francisco, quien había ofrecido su gestión para llevar al bebé a Roma y cuidarlo en un hospital en el Vaticano. Incluso llegaron a conceder a Alfie la ciudadanía italiana para poder permanecer en el país.
Ante la muerte del pequeño, el Sumo Pontífice se pronunció así a través de su cuenta de Twitter.
Estoy profundamente afectado por la muerte del pequeño Alfie. Hoy rezo especialmente por sus padres, mientras Dios Padre lo acoge en su abrazo de ternura.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 28 de abril de 2018
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