Diversas colectivas feministas se manifestaron el jueves en la fuente de las Tarascas, en Michoacán, para exigir una condena ejemplar para el acusado
Después de dos años y cuatro meses de su muerte, 24 jornadas de juicio oral, audiencias diferidas y presuntas amenazas entre las partes procesales, se declaró que Diego Urik “M” fue quien privo de la vida Jessica González Villaseñor.
En la penúltima audiencia del juicio oral este viernes, el juez Ariel Montoya Romero anunció que la Fiscalía General del Estado (FGE), aportar la carga probatoria en contra de Diego Urik M., sin incurrir en violaciones a derechos.
De acuerdo con las pesquisas, Diego Urik M., pasó por Jessica en su coche, la llevó hasta su domicilio en el fraccionamiento Bosque Monarca, estuvieron conviviendo y después la llevó hasta un predio boscoso denominado Selva Negra.
En ese sitio sostuvieron relaciones sexuales, sin embargo, en algún punto la situación se salió de control y terminó golpeando a la joven.
Ante la agresión, Jessica comenzó a defenderse, lo arañó, pero por su posición no pudo hacer nada. Golpe tras golpe fue perdiendo la conciencia, pero seguía con vida.
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Resistió por varios minutos, hasta que llegó un golpe que le causó la muerte. La crueldad con la que se cometió el crimen no fue suficiente. Le negó el derecho a regresar a casa; expuso su cuerpo semidesnudo en un sitio abierto.
Por varias horas, llevó su cuerpo en la cajuela del vehículo, envuelto en una sábana azul; se la presumió a sus amigos, les pidió ayuda para salir del conflicto y hasta expresó indiferencia sobre la víctima.
Paralelamente, la familia de Jessica la buscaba, pero Diego Urik., seguía negando haberla visto, tiempo que aprovechó para ir a tirar el cuerpo, avisar a sus familiares y hasta huir de la ciudad, presuntamente temeroso por los abusos de parte de la Fiscalía General del Estado.
Diversas colectivas feministas se manifestaron el jueves en la fuente de las Tarascas, en Michoacán, para exigir una condena ejemplar para el acusado.
El jueves, el juez Ariel Montoya Romero escuchó alegatos de clausura de las partes e informó que al siguiente día daría su resolución.
En tanto, Diego Urik pidió al juzgador ser imparcial y no dejarse presionar por lo mediático que ha sido el caso.
“Me siento en la indefensión, porque no se admitieron las pruebas presentadas por mi defensa”, declaró.
Los abogados del joven buscaron desacreditar la investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE), argumentando que los peritos encargados carecen de formación profesional y títulos académicos.
Como parte de los argumentos, aseguran que se incurrió en irregularidades como falta de cadena de custodia idónea, testimonios falsos, realización de pruebas genéticas sin autorización y obligar a los familiares de Diego a declarar.
Además que, según la defensa, no se pudo confirmar que Diego Urik fuera un hombre violento con la joven.
La FGE dio a conocer el desahogo de 120 pruebas en contra del acusado que son periciales, materiales, documentales y testimoniales.
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CAB