Como consecuencia de erupción y tsunami, las reservas podrían estar contaminadas por las cenizas; la armada australiana envía ayuda humanitaria y suministros a Tonga
Una semana después de la erupción del volcán del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai en el archipiélago, catástrofe que un responsable de brigada comparó ayer con la explosión de “una bomba atómica”, ahora las islas Tonga viven una grave falta de agua potable. Ello debido a que las reservas podrían estar contaminadas por las cenizas.
La erupción el 15 de enero, que desencadenó un tsunami, dejó a la pequeña nación del Pacífico aislada del resto del mundo. Esto debido a la ruptura del cable de comunicaciones que unía el archipiélago a internet.
Jonathan Veitch, que coordina las operaciones de Naciones Unidas desde islas Fiyi, dijo que el principal problema es el agua potable, pues las reservas que abastecen a miles de personas podrían estar contaminadas por las cenizas o el agua salada del tsunami.
“Antes de la erupción, la mayoría dependía del agua de lluvia”, dijo.
Además, 85% de los hogares agrícolas, cerca de 12 mil familias, se vieron afectados por la erupción volcánica y el tsunami ocurridos en las islas de Tonga. Así lo indicó Xiangjun Yao, coordinadora subregional para las islas del Pacífico de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Ante los hechos, distintas naciones han enviado suministros y ayuda humanitaria.
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