
La historia de los tacos árabes es sumamente curiosa, se trata de un platillo que logra combinar la gastronomía mexicana con la iraquí
Tacos árabes no es únicamente el nombre de una deliciosa comida que se disfruta en muchas partes de nuestro país. También representa una historia de migración y raíces extranjeras que encontraron un nuevo hogar.
Sin duda, estos tacos puede que no sean muy conocidos, sin embargo, aquellos que los han probado saben que son una delicia que nadie debe perderse.
Así surgieron los tacos árabes
De acuerdo a sitios especializados, su origen está ligado a una familia de iraníes que tras la Primera Guerra Mundial y bajo la ocupación británica, se vieron obligados a abandonar su país en busca de oportunidades.
Algunos llegaron a América y, con lo que sabían hacer, comenzaron a abrirse camino. Para varios de ellos, la cocina fue una forma de sobrevivir y conectar con la gente local.
Entre esos migrantes se encontraba Zayas Galeana Antar, quien en los años 30 llegó primero al puerto de Veracruz. Aunque ese no sería su destino final, ya que el rumbo lo llevó a instalarse en Puebla.
Fue ahí donde se gestó la receta que daría vida a los tacos árabes, una versión mexicana de los kebaps del Medio Oriente, transformados poco a poco por las condiciones e ingredientes locales.
En lugar de preparar los kebaps con cordero, como era la tradición, Zayas optó por utilizar carne de cerdo, ya que era más fácil de conseguir en Puebla.

Para darle su toque personal, decidió cortar la carne en filetes delgados, marinarlos con especias y cocinarlos en un trompo, una técnica que aún hoy se utiliza en muchas taquerías mexicanas.
Pero lo que realmente marcó la diferencia fue la participación de su esposa, Esperanza Águila. Ella creó una salsa roja especial que complementaba perfectamente los sabores del platillo.
La combinación se completó con el uso de pan árabe, que era elaborado por la familia Helu. Con el tiempo, también se comenzó a usar tortilla de maíz, creando una fusión más cercana a la gastronomía mexicana.
De comida para obreros a orgullo poblano
Al inicio, los tacos árabes eran consumidos sobre todo por trabajadores, y no eran muy bien vistos por las clases altas. Sin embargo, poco a poco su sabor conquistó a más personas, lo que permitió a la familia abrir su propia taquería.
Entre los primeros establecimientos dedicados a vender estos tacos se encuentran Tacos Bagdad y La Oriental, los cuales siguen siendo referencias en la ciudad de Puebla.
Otra figura clave en esta historia es Victoria Tabe, quien también llegó a México desde Medio Oriente. Según el libro Su majestad el taco árabe. La historia y sus narrativas, Victoria arribó en 1923, cuando tenía apenas cinco años, acompañada de su padre y su madrastra.
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Ya instalada en Puebla, comenzó a preparar postres tradicionales, cuyas recetas mantenía cuidadosamente guardadas.
Después del fallecimiento de Esperanza, Zayas y Victoria se conocieron. Aunque ella era 17 años menor, juntos encontraron una conexión tanto personal como profesional.
Victoria aportó al negocio los guisados y sabores que había aprendido desde pequeña, y junto a Zayas continuaron con el legado que hoy forma parte del corazón culinario de Puebla.