Con este descubrimiento se deduce que Titán es muy parecida a la Tierra, por lo que se planea hacer exploraciones más profundas
La sonda espacial Cassin, que orbitó Saturno durante 13 años, se desintegró en el año 2017 en su atmósfera, no sin antes estudiar los lagos existentes en Titán, la luna más grande que posee el anillado planeta.
El encargado de analizar los datos recabados por Cassini, fue el científico planetario Marco Mastrogiuseppe, quien plasmó los resultados en un estudio.
La investigación reveló que los lagos tienen una profundidad de más de 328 pies —cerca de 100 metros— y están compuestos principalmente de metano líquido. Además, son alimentados por lluvias locales, es decir, algo similar al ciclo del agua en nuestro planeta.
“Creemos que estos cuerpos son alimentados por las lluvias locales y luego estas cuencas drenan el líquido”, detalló Mastrogiuseppe.
Con este hallazgo se cree que Titán posee cuevas subterráneas, lo cual la haría similar a la Tierra.
“Titán es realmente un mundo que geológicamente es similar a la Tierra, y estudiar las interacciones entre los cuerpos líquidos y la geología es algo que no hemos podido hacer antes”, dijo Rosaly Lopes, científica planetaria del laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA que trabajó en la misión Cassini.
La investigación de Mastrogiuseppe permite conocer más de cerca esas interacciones en otro cuerpo planetario. Sin embargo, los científicos consideran difícil estudiarlas en un mundo que nunca ha sido el foco principal de ninguna misión.
“Hemos estado hablando de posibles misiones con exploradores robóticos capaces de penetrar los tubos de lava y cuevas en la Luna y Marte. ¿Tal vez, en el futuro, podríamos enviar uno de estos [a Titán] para meterse en el terreno y las cuevas y descubrir qué hay debajo?”, planteó Lopes.
Aunque el plan de Lopes es muy bueno, no parece que vaya a llevarse a cabo en corto tiempo, lo más probable es que pasen muchos años para que se haga realidad.
De realizarse será en el año 2015 con un proyecto de la NASA llamado Dragonfly, en el que un dron sería enviado a la luna saturnina, pero el recorrido que hará hasta Titán será de nueve años.
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