¿”Maestro Andoni Aldekoa, conoces Tijuana”?, le pregunté al bilbaense después de escuchar su magistral disertación sobre políticas públicas y gobernanza el día 4 de noviembre de este adorable 2023 en La Universidad George Washington en la Capital Norteamericana, DC. Su respuesta me dejó helado literalmente, no entendí francamente, o más bien pensado y escrito, entonces entendí absolutamente todo. Fue a principios de los años 90´s del siglo pasado cuando escuché por primera vez la posibilidad de la conexión entre nuestra ciudad fronteriza – la más activa del mundo en materia migratoria, además de la más poblada del País – con la ciudad española de Bilbao. Dos de los mejores alcaldes que hemos tenido, mis queridos amigos el Arquitecto Héctor Osuna Jaime y el Licenciado en Economía, José Guadalupe Osuna Millan, materia de la que ya obtuvo la Maestría, empezaron a promover las distintas giras de trabajo real, no de turismo sin excusa como las que hoy tristemente se realizan con cargo al erario público, para alcanzar el sueño de igualar el nivel del desarrollo, calificado como milagro de planeación con ejecución que empezaba a ganar fama a nivel mundial por la calidad y capacidad de la transformación de esta bella ciudad en España.
Me regreso a la pregunta que le hice al maestro, cuando me respondió que jamás había puesto un pie en nuestro amado pedacito de patria, aunque invariablemente atendió a cientos de funcionarios para conocer cómo había hecho su trabajo como administrador de Bilbao, pero que a nadie se le ocurrió invitarlo a que conociera y pudiera ofrecer in situ, sus conocimientos en la materia, vaya falta de visión de largo alcance, así como pues, diría inevitablemente enfatizando mi AMADA GEMY, ante alguna obvia omisión, repito, así como pues, si fueron, vieron, algo aprendieron pero no lo aplicaron, por cierto, no por falta de ganas o esfuerzo, siento que fue la falta precisamente de planeación de largo plazo, a continuación detallo queridas amigas, apreciados amigos, admirados lectores, distinguidos paisanos, algunas de las acciones que sí se instrumentaron, pero que por politiquearías absurdas, se fueron cancelando.
Apenas el pasado mes de abril tuve el monumental privilegio de pisar la increíble ciudad española citada líneas arriba, la realidad es sencillamente esplendorosa por donde se le vea, entre la ría ( que no Rio ) el espectacular museo Guggenheim, sus bien diseñadas modernas calles, banquetas, puentes y avenidas, además de su transporte público, sus parques, sus colinas, en fin, quien no quisiera vivir ahí, y soñar en convertir a Tijuana en ese Paraíso como ellos lo lograron en menos de 10 años, cuando iniciaron la transformación hace un poco más de tres décadas, realmente no es envidia (sentimiento que no conozco), solo un poco de ilusión celosa (sentimiento que si conozco) ante la posibilidad de algún día lograr alcanzar esa calidad de vida, para el futuro de nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos. Van en seguida algunas sencillas claves que nos obsequió el sabio maestro esa inolvidable tarde, antes los distintos cuestionamientos a sus inapelables juicios de Logística y Planeación (con mayúsculas ambas). Primero cuántos somos y seremos los próximos 50 años, una ciudad eminentemente industrial, quería ser además un atractivo turístico como Santander o San Sebastián a pesar de su cercanía, aspiraba a ser un destino atractivo como ellos.
Bilbao cuando decidió transformarse, lo hizo alejada de los políticos, pero muy cerca de los ciudadanos, primordialmente en cada espacio, o barrio como ellos los llaman, pero vean la sencilla clave, planeando para el futuro, cosa que en nuestra esquina del mundo es prácticamente imposible por la demanda de espacios para el crecimiento que requiere la población en general y la migración en particular. En Tijuana con sus más de dos millones – y contando – de habitantes, no existe una sola lógica de ejecución con visión del siglo XXI, seguimos (me incluyo y los incluyo a todas y todos ciudadanos en el plural) pensando y actuando como hace más de tres décadas, a pensar de las propuestas de Hector y José Guadalupe, con los que platique hace algunos días sobre la actual situación desbordada en tantas materias de ordenes de gobierno que están totalmente rebasados, antes de concluir para seguir en la próxima entrega, termino con un poco de historia. “¿Héctor, le pregunté de entrada de quién fue la idea de la posibilidad de hermanar estructuralmente a Tijuana con Bilbao?”, “mía”, me contestó en su tradicional pragmatismo, “pero yo ya me iba y tenía que convencer a mi sucesor de la trascendencia del tema para las siguientes generaciones, cosa que hice de inmediato y “El Lupillo” lo entendió claramente hasta que llegó Kiko con don Héctor y todo se atoró”. En la próxima entrega empezaremos con los dos últimos nombres y en donde realmente se atoró desde mi muy respetuoso punto de vista, agradezco su atención en toda su dimensión …. Continuará.
Hasta siempre, buen fin.
Columna publicada en El Universal
Carlos Mora Álvarez, especialista en comunicación política y relaciones públicas