Para corregir este tipo de trastornos existen terapias que han demostrado ser bastante exitosas según experiencias internacionales
Los padres de familia siempre se preocupan por la alimentación de sus hijos, especialmente cuando estos son pequeños. El temor de que no adquieran los nutrientes suficientes que les permitan estar sanos, los lleva a forzar a los menores a consumir alimentos saludables, pero ¿qué dicen los especialistas?
Los comportamientos alimenticios adquiridos durante los primeros años de vida, impactarán en la salud y gustos alimenticios en la vida adulta.Sin embargo, existen etapas de gusto y disgusto por ciertos alimentos durante las diferentes etapas de crecimiento en la vida.
El Colegio de Nutricionistas advierten que los trastornos alimenticios también pueden manifestarse en los niños aún más pequeños.
De acuerdo con la directora nacional del Colegio de Nutricionistas, Cecilia Sepúlveda explica que “hace unos años viene cambiando el paradigma, ya no hablamos del niño mañoso o melindrosos, sino que de niños con trastornos al comer, ellos que por distintas causas rechazan la alimentación, son altamente selectivos o algunos inapetentes”, señaló.
“Para corregir este tipo de trastornos existen terapias que han demostrado ser bastante exitosas según experiencias internacionales”, añade.
Según la profesional, las problemáticas de inapetencia se pueden presentar desde cualquier edad, sin embargo el diagnostico se hace más común desde la edad pre escolar en adelante.
Se pueden identificar 3 grupos:
- Los niños selectivos. Son aquellos que rechazan alimentos por su textura, olor , color o sabor. Que al compararlo con un grupo de niños ellos limitan la variedad de alimentos , pueden haber casos tan severos que pueden comer menos de 15 alimento distintos.
- Los niños inapetentes Niños desinteresados en comer, siempre están ocupados, son enérgicos, cuesta tenerlos sentados comiendo, nunca tienen hambre.
- Los niños que tienen temor a comer. Son niños que rechazan alimentarse, que responden con ansiedad al llegar el momento de la comida. Puede ser causado por patologías ( disfagias o reflujo entre otras) o causas psicológicas (un niño que se atoró con un alimento, luego lo rechaza por miedo a vivir la misma experiencia traumática).
Es importante entender que las condiciones que responden a factores psicológicos, afectan la esfera nutricional, por ello este último grupo debe ser manejado desde todas las esferas conductuales del niño y de sus padres.
“El tratamiento debe ser multidisciplinario con psicólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, pediatra , incluso psiquiatra. Se debe adecuar el manejo, debe ser individualizado, según características del niño y su entorno”, enfatiza Sepúlveda.
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