La forma en que se definieron los casos de sospecha de COVID-19 podría haber provocado un sesgo en las pruebas de PCR utilizadas
La misma publicación científica que dio el aval y la legitimación de cara a la opinión pública global sobre la evidencia en torno a la seguridad y eficacia de la Fase III de la vacuna Sputnik V contra el COVID-19, investigada, estudiada y desarrollada por el instituto ruso Gamaleya, ahora cuestionó la documentación y datos científicos respaldatorios de su fase final.
Estos datos son indispensables para que la vacuna rusa recibiera luego la aprobación de las agencias regulatorias globales.
Estas objeciones que en la prestigiosa revista científica The Lancet señalan discrepancias en los datos e informes deficientes en el ensayo de Fase 3 de la vacuna Sputnik V llegan un poco tarde, porque la vacuna ya fue aprobada en 64 países.
“Hemos realizado varias solicitudes independientes de acceso al conjunto de datos sin procesar, pero nunca fueron respondidas. A pesar de los problemas anteriores y la falta de transparencia, los resultados provisionales del ensayo de Fase III de la vacuna Sputnik V1 nuevamente plantean serias preocupaciones”, reza un nuevo estudio publicado en The Lancet.
“Tenemos una gran preocupación” -advierten los autores- con respecto a la disponibilidad de los datos, de los cuales los investigadores extraen sus conclusiones.
Los investigadores afirman que los datos no se compartieron antes de que se completara el ensayo, y luego solo con la aprobación de las partes interesadas, incluido el llamado departamento de seguridad.
La segunda preocupación que menciona la investigación se refiere al protocolo del ensayo. “Los investigadores de la Sputnik V mencionan que se agregaron tres análisis provisionales al estudio el 5 de noviembre de 2020, pero este cambio no se registró en ClinicalTrials.gov. Desafortunadamente, el protocolo completo del estudio no se ha puesto a disposición del público, por lo que se desconoce el fundamento de este cambio”.
Según el registro NCT04530396 de ClinicalTrials.gov, el resultado primario se cambió el 17 de septiembre de 2020. Inicialmente, el resultado primario debía evaluarse después de la primera dosis, pero la evaluación se pospuso para después de la segunda dosis. “El resultado primario presentado (eficacia del 91,6%) depende de este cambio, pero las razones del cambio no se han hecho públicas”, sostienen.
“Además de estas enmiendas al protocolo, la definición del resultado primario no está clara en el artículo, donde dice que cuando se sospechó COVID-19, los participantes fueron evaluados con ‘protocolos de diagnóstico de COVID-19, incluida la prueba de PCR’”.
“Aquí, carecemos de información crucial, como los parámetros clínicos que determinan la sospecha de COVID-19, qué protocolos de diagnóstico se usaron, cuándo se realizó la prueba de PCR, qué método específico se usó o cuántos ciclos de amplificación se usaron”, agregan
De acuerdo con los expertos, la forma en que se definieron los casos de sospecha de COVID-19 podría haber provocado un sesgo en las pruebas de PCR utilizadas para evaluar el número de casos confirmados de COVID-19, que es crucial para la determinación de la eficacia.
Otro punto de preocupación sobre el protocolo del estudio se relaciona con el reclutamiento y la asignación al azar de los pacientes. Según el perfil del ensayo, se seleccionaron 35.963 individuos y se asignaron al azar 21.977 individuos.
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El registro del 20 de enero de 2021 menciona que se inscribieron 33.758 pacientes. Es de esperar que esta última cifra sea igual al número de participantes seleccionados o asignados al azar. Además, no hay información sobre qué causó la exclusión de 13.986 participantes, según el perfil del ensayo.
La tercera preocupación se relaciona con los datos reportados y los resultados numéricos. Los autores del estudio aseguran haber encontrado las siguientes inconsistencias en los datos: los datos para el grupo vacunado el día 20 se refieren a más personas que el día 10, como si faltara información para 100 participantes el día 10, o si los participantes se inscribieran después del día 10; y el número de participantes informado para las diferentes cohortes de edad vacunadas no se suma al total informado. “Con tales inconsistencias, cuestionamos la exactitud de los datos reportados”, aseveran.
Y concluyen: “Solicitamos una vez más el acceso a los datos de los que se originan las estadísticas para un examen más detenido. Invitamos a los investigadores una vez más a poner a disposición del público los datos en los que se basan sus análisis. El acceso al protocolo, sus enmiendas y los registros individuales de los pacientes es primordial, tanto para la aclaración como para la discusión abierta de todos los temas”.
Respuesta
Investigadores del Instituto Gamaleya, que depende del Ministerio de Salud de Rusia, respondieron a las objeciones que se les plantearon en cuanto a los datos respaldatorios de la Fase III del ensayo clínico que ha evaluado a la vacuna Sputnik V.
Lo hicieron con una carta a The Lancet. La revista científica había difundido los resultados positivos de la Fase III del ensayo el 2 de febrero pasado, pero el miércoles 12 de mayo incluyó en su versión en Internet un artículo en el que se señala que hubo “informes deficientes” de los datos. Los consideró insuficientes y poco transparentes.
Desde Rusia argumentaron ahora en su defensa que “las incoherencias numéricas fueron simples errores de mecanografía que se corrigieron formalmente”; y destacaron un trabajo que se hizo en la Argentina: “Es importante señalar que la seguridad e inmunogenicidad de la vacuna Sputnik V ha sido confirmada por investigadores de la Argentina, donde se inició la vacunación con Sputnik V”.
“Un detalle importante en el informe de Argentina es la observación de que la vacunación de personas con antecedentes de COVID-19 conduce a un aumento rápido y significativo de anticuerpos después de una sola dosis de la vacuna. Así entonces, hasta la fecha, la seguridad e inmunogenicidad de la vacuna Sputnik V ha sido confirmada en múltiples estudios”, afirmaron
La vacuna Sputnik V tiene una eficacia del 91,6% después de recibir dos dosis, con un intervalo mayor a tres semanas, apuntaron. Los ensayos clínicos se realizaron en Rusia, Venezuela, Emiratos Árabes y Bielorrusia.
También agregaron que la vacuna recibió el registro en 51 países: “Lo que confirma nuestra total transparencia y el cumplimiento de los requisitos reglamentarios”. Mientras que sobre la inmunogenicidad explicaron: “Desafortunadamente, debido al uso de diferentes kits ELISA, no es posible comparar las concentraciones específicas de anticuerpos IgG en esos estudios. Sin embargo, cabe destacar que se detectó una respuesta humoral específica en todos los participantes vacunados”.
Además, señalaron que hubo una enmienda al protocolo del ensayo clínico que se realizó el 5 de noviembre de 2020. El protocolo completo, con la enmienda, se envió a The Lancet junto con el resto de los documentos para su revisión. “La eficacia se evalúa dentro de los 6 meses posteriores a la primera dosis (tiempo de observación de los participantes del estudio); sin embargo, el cálculo del resultado primario se basa en el número de casos de COVID-19 en los participantes que recibieron ambas dosis (después de la segunda dosis), como se indica en el protocolo. Esto es consistente con el resultado primario de otros estudios”, escribieron.
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