La película The Brutalist, dirigida por Brady Corbet y protagonizada por Adrien Brody y Felicity Jones, ha generado controversia después de que se revelara que se usaron herramientas de inteligencia artificial (IA) en la creación de algunos de sus elementos clave.
Mientras la película genera expectación como una de las favoritas para la temporada de premios, su editor, Dávid Jancsó, explicó en una entrevista con Red Shark News cómo se utilizaron tecnologías de IA para mejorar los diálogos en húngaro y crear los diseños arquitectónicos.
Dávid Jancsó, editor de la película y hablante nativo de húngaro, reveló que se utilizó el software de IA Respeecher, desarrollado por una empresa ucraniana, para mejorar la autenticidad de los diálogos en húngaro de Adrien Brody y Felicity Jones.
Según Jancsó, aunque ambos actores recibieron entrenamiento para hablar este idioma complejo y único, se optó por utilizar la IA para asegurar que los diálogos fueran indetectables, incluso para los hablantes nativos.
El proceso incluyó:
- ADR inicial: Regrabación de palabras difíciles por parte de los actores originales.
- ADR con otros actores: Intentos fallidos de obtener una pronunciación perfecta.
- Uso de Respeecher: Brody y Jones grabaron sus voces en el software, mientras que Jancsó agregó su propia voz para perfeccionar los acentos y dialectos.
En la secuencia final de la película, también se empleó IA generativa para crear una serie de dibujos arquitectónicos y edificios, diseñados al estilo del personaje de Brody, László Tóth, un arquitecto húngaro ficticio. Jancsó justificó esta decisión señalando que no contaban con el tiempo ni el presupuesto para filmar estos elementos de manera convencional.
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La revelación generó una oleada de críticas en redes sociales, con usuarios cuestionando el impacto ético y creativo del uso de IA en una película candidata a premios. Algunos señalaron inconsistencias en las reglas de la Academia, comparando este caso con la descalificación de la banda sonora de Dune: Part Two por reutilizar elementos de la primera película.
En respuesta a las críticas, Jancsó defendió el uso de estas herramientas, argumentando que la IA no se utilizó para reemplazar interpretaciones ni para reducir el trabajo humano.
Jancsó también abogó por un debate abierto sobre las oportunidades que la inteligencia artificial puede brindar al cine y a otras disciplinas creativas.
La controversia en torno a The Brutalist pone en evidencia el debate en aumento sobre el uso de la inteligencia artificial en la industria cinematográfica. Mientras algunos defienden estas herramientas como medios para optimizar procesos y reducir costos, otros las consideran una amenaza al trabajo artesanal y ético en la creación audiovisual.