Así como lo comentamos aquí mismo hace unos días, la semana que concluyó estuvo llena de decisiones en la vida pública de nuestro país.
Teoría de Juegos. Mientras el Frente Amplio por México sigue buscando sumar y consolidar alianzas, en los otros dos equipos que están en la cancha se siguen dando los movimientos que seguramente decidirán buena parte los resultados del 2024.
Vamos por partes. Por un lado se encuentra Movimiento Ciudadano, con Dante Delgado al frente y con un grupo “disidente” encabezado por el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro. En medio de ellos, algunos jugadores neutrales, como Luis Donaldo Colosio Riojas, quien por lo pronto ya dijo “a mí, ni me volteen a ver”. ¿Qué tendrá pensado hacer Dante Delgado? Yo personalmente creo que se le está encareciendo mucho el costo de tomar -o no tomar- decisiones; aunque por otro lado es un hecho que la derrota de Marcelo Ebrard en la interna de Morena es justamente el escenario que él habría previsto, o sea, el que cumple con sus deseos y condiciones. Súmele a esto que Marcelo ya no puede jugar como independiente, al haberse vencido el plazo para este registro.
Y por el otro lado justamente los resultados de la encuesta de Morena, mismos que conocimos el miércoles por la tarde-noche. Veamos rápidamente cómo quedaron las fichas; hay, a mi parecer, dos grandes grupos:
El primero es el de los ganadores, con Claudia Sheinbaum al frente (por obvias razones); Don Gerardo Fernández Noroña que se hizo de un tercer lugar que seguramente nunca se imaginó ni en sueños; y Manuel El Güero Velasco, quien, como siempre, cayó parado y seguramente será premiado con algún botín político para reconocerle su destacado sexto y último lugar.
El segundo grupo es el de los tristemente célebres perdedores. Empecemos por el Dr. Monreal, quien al parecer se prestó al montaje con la oferta de una candidatura por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. En la encuesta quedó en penúltimo lugar a solo dos décimas del piso. ¿Con eso le alcanzará para la candidatura? Para este momento ya tiene -al menos- otros dos contrincantes que se consolidaron en los últimos días: Clara Brugada y Omar García Harfuch. A ellos súmele a Mario Delgado, quien ya dijo que si le ruegan igual y le entra.
Siguiente gran perdedor: Adán Augusto López. Pongámoslo fácil, primero dejó la gubernatura de Tabasco para hacerse de la Secretaría de Gobernación, misma que dejó para entrarle al juego de la interna de Morena, y en donde no le dieron permiso de poner a ninguno de sus alfiles. Pierde el proceso y se va hasta el cuarto lugar, después de haber despilfarrado recursos a diestra y siniestra por todo el país y con una campaña llena de escándalos. Al mismo tiempo el presidente López Obrador destapa a su candidato para la gubernatura de Tabasco, donde otra vez, no lo dejan poner a su delfín y en cambio le mandan a uno de sus contrincantes. A esta hora estamos en espera de saber si le dan la dirigencia de Morena como premio de consolación.
Y finalmente, como ganador del premio al perdedor más grande del mundo mundial: Marcelo Ebrard. Por cuestiones de espacio no podremos enumerar todo lo que ha perdido nuestro apreciado excanciller. Ahora lo importante es saber qué pasará con él. Se dice que este lunes 11 definirá su futuro político, lo cual seguramente incluye el saber si se lanzará en una candidatura por Movimiento Ciudadano, lo cual nos lleva nuevamente de regreso a donde comenzamos. ¿Qué pasará con él, y qué rol jugará en las próximas elecciones? Sobre eso hay mucho de qué hablar, y lo haremos en las siguientes semanas aquí mismo.
Por cierto, esta misma semana pasada supimos que el ¿excantante? ¿actor? ¿activista? Eduardo Verástegui se registró como candidato independiente a la presidencia de México. Esto no lo podemos dejar de mencionar por su importante potencial cómico-mágico-musical. Sin duda Eduardo le aportará muchísima sal y pimienta a este proceso electoral. Esto se va a poner divertidísimo.
Postdata: Leía hace unos días sobre la Teoría de Juegos que, como saben, es una rama de las matemáticas y la economía que se dedica a estudiar la interacción entre una serie de actores o agentes, quienes buscan como fin su beneficio propio (ganar el juego) a través de distintas estrategias que dependen de los otros jugadores y de las decisiones de cada uno de estos. Entonces, en su esencia, la Teoría de Juegos se centra en analizar y modelar estas interacciones, a fin de comprender y predecir los resultados de estas. Este estudio aborda problemas tan sencillos o complejos como se desee, en ámbitos tan diversos como la biología, la economía, la filosofía o la política.
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Encuentro muchas opiniones que sugieren que el presidente López Obrador es un genio, así, tal cual. Un hombre con una inteligencia extraordinaria, superdotado, que en cada decisión que toma conlleva un proceso neuronal sumamente avanzado, de profundo análisis, que le lleva a resultados extraordinarios y que culminan en su iluminada voluntad que se convierte en perfección. Yo disto de esta opinión. Creo que Andrés Manuel López Obrador, desde hace mucho tiempo y cada vez de manera más notoria, obedece más a sus visceras que a cualquier otra cosa. Creo, además, que tiene mucha suerte, y la tiene primordialmente por dos cosas: la primera porque no le importa estar por encima de la Ley, de pisotearla y ningunearla cada vez que le sea necesario y, segundo y peor aún, está dispuesto a traicionar a sus amigos y aliados, y abandonarlos en el camino a su suerte con tal de conseguir lo que el desee.
Sería muy interesante saber qué podría predecir la Teoría de Juegos respecto de estas estrategias y decisiones que habrán de darse. Lo único que podemos saber es que los resultados de ese análisis (que obedecería a la lógica) seguramente estarían muy distantes de lo que habrá de decidir el presidente en las próximas semanas. Ya lo veremos.
Abelardo Alvarado Alcántara