Tatiana Bilbao siempre regresa a los edificios que hace para cerciorarse cómo la gente reaccionó
Al teclear Tatiana Bilbao en un buscador queda claro que esta mexicana ha dejado huella en la arquitectura del mundo. Desde el Jardín Botánico de Culiacán, Sinaloa, pasando por un proyecto urbano en Lyon, Francia, hasta una sala de exhibiciones en Jinhua, China. Pero para ella, cada edificio cobra valor por las personas que lo viven.
“Creo profundamente que la primera necesidad que tiene un ser humano es estar saludable y la segunda es tener un refugio y ahí está la arquitectura”, afirma Tatiana en entrevista desde su estudio en la Ciudad de México.
“La arquitectura tiene un poder muy importante y es que le puedes cambiar la vida a una persona, literalmente le das forma a la vida de alguien, y eso para mí implica una responsabilidad muy grande, no es tan fácil pensar que tienes esa responsabilidad y realmente podrías influir negativamente sobre ella”, comenta.
Por ello, Tatiana siempre regresa a los edificios que hace, así puede cerciorarse de cómo la gente reaccionó al espacio y enriquecer sus próximos proyectos.
“La parte más disfrutable de lo que hago es realmente trabajar no para la gente sino con la gente e incluso llegó a pensar que a mí me gustaría ser tú en el momento que diseño para poder diseñar ese espacio que te sirve a ti”, confiesa.
El otro, la gente, esa es la clave, no importa el contexto ni el lugar. Desde el terremoto del 19S de 2017, Tatiana ha estado trabajando intensamente en un proyecto de reconstrucción, hasta el momento llevan 62 casas y una clínica en los poblados de San Simón El Alto y en Ocuilan, Estado de México, y en San Mateo del Mar, Oaxaca.
“La gente en el sismo perdió todo y perdió esa necesidad básica de tener un refugio y en la mayoría de los casos la gente que perdió sus casas porque estaban mal construidas. Nosotros tenemos ese conocimiento técnico que puede generar una diferencia, hacer que la casa no se pierda en otro desastre como el que sucedió”, afirma.
“El poder tener un impacto no sólo en una casa en específico sino realmente en una comunidad transmitiendo conocimiento que les puede perdurar por siglos, ha sido la satisfacción más grande que yo he tenido, lograr entregarle la casa Don Pedro, a Don Alberto el panadero, es muy bonito poderles ayudar con sus casas”, dice notablemente emocionada.
Paralelo al proyecto de reconstrucción, Tatiana Bilbao Estudio trabaja más de 10 proyectos en Europa, Estados Unidos, Guatemala y México. Su trabajo le ha valido el reconocimiento de la Liga de Arquitectura de Nueva York, recibió el Premio Kunstpreis Berlín y el Premio Mundial de Arquitectura Sostenible en Francia.
“Para mí a trabajar fuera de México me ha hecho sentirme más orgullosa de mis raíces, verlas con más profundidad, entenderlas mejor y poder trabajar con ellas”, asegura.
Su próxima meta parecería una locura para otros, pero para ella es un objetivo firme.
“Siempre ha sido un tema que lo que yo hago va a perdurar mucho más tiempo de lo que yo voy a estar en esta tierra, sin embargo, a mí me gustaría pensar como ese edificio puede ir también evolucionando conforme a las generaciones que pasan evolucionan y se transforman, lograr de alguna forma que ese edificio vaya al mismo ritmo que la sociedad, no tengo la respuesta tengo las preguntas todavía pero en ese camino estamos”, concluye sonriente.
Por Diana Jiménez
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