Las prestaciones sociales para la infancia son fundamentales para reducir la pobreza y sólo requieren el unos por ciento del PIB, para reducirla 20 por ciento
Las prestaciones sociales para la infancia de carácter universal, como los pagos incondicionales en efectivo o las transferencias de impuestos, son fundamentales en la lucha contra la pobreza infantil, pero solo están disponibles en uno de cada diez países en todo el mundo, según un nuevo informe publicado por Overseas Development Institute y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
El informe Policy Issues and Options destaca que los beneficios universales en efectivo proporcionados a los niños en países de ingresos medios a un costo de solo el 1% del PIB conducirían a una disminución del 20% en la pobreza en toda la población.
En 15 países de altos ingresos, la prestación social universal por los hijos produjeron de hecho a una reducción del 5% en la pobreza infantil, en promedio. También se ha demostrado que reduce las privaciones, mejorando el bienestar general de los niños, la salud, la educación, la seguridad alimentaria, la productividad y la capacidad de contribuir a sus sociedades y economías cuando alcanzan la edad adulta.
Un salvavidas de alta rentabilidad
“Invertir en los niños no solo cambia sus vidas sino que genera grandes dividendos para sus comunidades y para la sociedad en general”, dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “Ahora más que nunca, dado que las consecuencias económicas de la pandemia de COVID-19 amenazan con hacer retroceder años de progreso en la reducción de la pobreza, las prestaciones para la infancia pueden ser un salvavidas. Pueden proteger a las familias vulnerables de la profundización de sus niveles de pobreza y privación, y pueden salvar a los países de los catastróficos impactos sociales y económicos”.
La universalización de las prestaciones reduce los riesgos a menudo asociados cuando algunas familias necesitadas se quedan sin apoyo financiero.
“Los beneficios universales para la infancia juegan un papel fundamental en la reducción de la pobreza al tiempo que promueven la cohesión social y el apoyo público para la protección social. En países con prestaciones universales para los niños, estas constituyen una piedra angular de los sistemas nacionales de política social y son eficaces para aumentar la protección social en tiempos de crisis”, dice Sara Pantuliano, directora ejecutiva de Overseas Development Institute.
Las prestaciones no reducen el trabajo
Es importante destacar que el informe señala que los programas de transferencia de efectivo no conducen a una reducción en la participación en el trabajo remunerado entre la población en edad laboral. Más bien, las transferencias de efectivo ayudan a los padres a equilibrar las demandas de empleo con las necesidades de sus familias.
El informe deja en claro que la ampliación de la cobertura de las prestaciones para los niños y sus familias requiere de políticas nacionales y de la solidaridad internacional en el financiamiento, especialmente para los países de bajos ingresos que luchan con grandes poblaciones y presupuestos más limitados debido al COVID-19. También hace hincapié en que las prestaciones universales para los niños deben estar respaldadas por sistemas integrales de protección y servicios sociales, incluida la asistencia sanitaria y la educación.
El informe destaca aún más las vías para lograr la cobertura universal, incluidas las formas en que los países de bajos ingresos pueden implementar transferencias por los hijos más pequeños y desarrollar la universalidad para todos los grupos de edad. Los pasos que incluyen la adopción de legislación y regulación de políticas, el fortalecimiento de la capacidad administrativa y financiera, y la creación de apoyo político y público para la política son críticos para lograr los beneficios universales para los niños.
COn información de
ONU Noticias
DMS
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