La ONU ha pedido un nuevo pacto para que países ricos abandonen el carbón en 2030
La única forma de “poner fin a todo este sufrimiento” de “una autopista al infierno climático” es que el mundo coopere o perezca, advirtió este lunes el jefe de Naciones Unidas a docenas de líderes mundiales reunidos para una cumbre internacional sobre el clima.
Estaba previsto que más de 100 líderes hablaran en los próximos días sobre cómo enfrentar una situación que va a peor y que los científicos describen como el mayor desafío de la Tierra.
Casi 50 jefes de estado o gobierno empezaban a tomar el estrado este lunes, en el primer día de diálogos de “alto nivel” en esta edición de la cumbre climática anual de Naciones Unidas, conocida como COP27.
Frente al calentamiento global y sus impactos cada vez mayores, la humanidad se enfrenta al dilema de “cooperar o morir”, advirtió este lunes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ante un centenar de líderes reunidos en Egipto en la COP27.
La humanidad tiene una elección: cooperar o morir. O un pacto por la solidaridad climática, o un pacto por el suicidio colectivo”, dijo Guterres en su discurso en el segundo día de la COP27 en Sharm el Sheij.
En un contexto mundial totalmente trastocado por la invasión rusa de Ucrania y las consiguientes crisis energética y alimentaria, Guterres insistió en que la comunidad internacional no debe desviarse del objetivo del Acuerdo de París de 2015 de limitar el calentamiento a 1,5 ºC al final del siglo.
No podemos aceptar que nuestra atención no esté en el cambio climático” pese a “la guerra de Ucrania y otros conflictos”, porque “el cambio climático tiene su propio calendario”, advirtió el jefe de la ONU.
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Las crisis urgentes actuales no pueden ser excusa para echarse atrás” o para lavados de imagen, añadió, máxime cuando “vamos camino de un infierno climático con el pie todavía en el acelerador”.
Guterres hizo también un firme alegato en favor de un fondo internacional por los daños y pérdidas del cambio climático, un punto incluido en la agenda de la COP27 y que promete arduas negociaciones entre los países más industrializados e históricamente contaminantes, y los países en desarrollo, que sufren más los efectos del calentamiento y serían los receptores de esas ayudas.
Aquellos que contribuyeron menos a la crisis climática están recogiendo las tempestades sembradas por otros”, así que “redirijamos el dinero a la gente que se enfrenta a un aumento de los precios de la comida y la energía, y a los países que sufren daños y pérdidas causados por la crisis climática”.
Igualmente, Guterres abogó por un “pacto de solidaridad colectiva” para “poner fin a la dependencia de las energías fósiles y a la construcción de nuevas centrales de carbón”.
En línea con ese argumento,el secretario general pidió que ante el auge del gas y el incremento de los precios de la energía, “todos los gobiernos graven los exacerbados beneficios de las empresas de combustibles fósiles”.
“El planeta se ha convertido en un mundo de sufrimiento (…) es hora de poner fin a todo este sufrimiento”, dijo, por su parte, el presidente de Egipto, Abdul Fatá el Sisi, anfitrión del encuentro. “El cambio climático no se detendrá nunca sin nuestra intervención (…) Nuestro tiempo aquí es limitado y debemos utilizar cada segundo del que dispongamos”.
El Sisi, que pidió el final de la guerra de Rusia en Ucrania, fue suave en comparación con el enérgico secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que dijo que el mundo está “en una autopista al infierno climático”.
“Los contaminantes históricos que provocaron el cambio climático no aparecen”, dijo Mohammed Adow, de Power Shift Africa. “África es la menos responsable, la más vulnerable al problema del cambio climático y es el continente que está alzándose y mostrando liderazgo”.
“El Sur da la cara”, dijo Adow a The Associated Press. “El Norte, causante histórico del problema, falla”.
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CAB