La polémica reforma pretende unificar el sistema de jubilación de Francia, así como subir de los 62 a los 64 años, la edad para retirarse con una pensión completa
Empleados ferroviarios, profesores, abogados y médicos salen a las calles este jueves en Francia en demanda del retiro de la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron, tras más de un mes de huelgas y movilizaciones que no ceden.
Tras 36 días de huelga ininterrumpida, el paro en los transportes es el más largo desde la creación de la empresa de ferrocarriles francesa en 1938.
El 5 de diciembre más de 800 mil personas salieron a las calles en todo el país en rechazo a la reforma de Macron, en donde esta nueva convocatoria, la cuarta en poco más de un mes, será crucial.
El pasado martes el gobierno francés y sindicatos volvieron a la mesa de las negociaciones para intentar salir de la crisis sobre la reforma de las pensiones, pero no se logró ningún avance concreto.
La cita concluyó sin avances, en un pulso que tiene sumido a Francia en su peor huelga de transportes en varias décadas.
El ejecutivo pretende eliminar los 42 regímenes de jubilación que existen actualmente en Francia y reemplazarlo por uno universal. Pero el punto más controvertido es la llamada edad de equilibrio que retrasa de dos años, de 62 a 64 a partir de 2027, la edad para jubilarse con una pensión completa.
Los sindicatos, que no quieren aliviar la presión, previeron dos días de manifestaciones este 9 y el 11 de enero.
El secretario general de la CGT, Philippe Martinez, reiteró el domingo que no cederá al menos que el gobierno retire su proyecto. Al no escuchar al pueblo “están jugando con fuego para la futura cita electoral”, dijo.
Para el gobierno de Francia, la reforma a la ley de pensiones es necesaria para garantizar un equilibrio financiero, mientras los sindicatos denuncian una regresión social.
Los últimos sondeos muestran que los franceses opuestos a la reforma o que apoyan la huelga son la mayoría.
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