Para disminuir el riesgo de que los “extras” pierdan su trabajo, el Sindicato de Actores de Cine de Estados Unidos estableció nuevas restricciones contra el uso de la IA en Hollywood
Ante el riesgo de que la Inteligencia Artificial (IA) deje sin trabajo a los actores, principalmente a los “extra”, el Sindicato de Actores de Cine (SAG-AFTRA) llegó esta semana a un acuerdo con estudios como Disney y Netflix para poner fin a la huelga que comenzó hace casi cuatro meses, logrando que el 86% de los miembros de su junta directiva votaran a favor de ratificar el acuerdo.
Además de un aumento salarial mínimo del 7% y un nuevo fondo de 40 millones de dólares anuales para transferir una parte de los ingresos de las series de éxito de los estudios a los actores, un elemento clave de las negociaciones fueron las barreras para el uso de la IA.
El acuerdo “permite a la industria seguir adelante, no bloquea la IA”, declaró en rueda de prensa Duncan Crabtree-Ireland, negociador del SAG-AFTRA.
“Pero garantiza la protección de los artistas. Sus derechos al consentimiento están protegidos. Sus derechos a una compensación justa y sus derechos laborales están protegidos”, aseguró.
Los estudios han estado experimentando con la IA en los últimos años, desde traer de vuelta a estrellas de cine fallecidas utilizando “réplicas digitales” realistas, hasta usar figuras de fondo generadas por computadora para reducir el número de actores necesarios para las escenas de batalla.
Muchos productores que reducen costos quieren que la IA desempeñe un papel cada vez más importante, y han empezado a exigir a algunos actores que participen en “escáneres corporales” 3D de alta tecnología en el plató, a menudo sin explicar cómo ni cuándo se utilizarán las imágenes.
Pero ahora, un actor debe recibir la misma remuneración por cualquier uso de su réplica digital que la que habría ganado haciendo la misma “cantidad de trabajo” en el escenario en la vida real, dijo Crabtree-Ireland.
Ante el temor de que los “extras” sean los primeros en perder su trabajo a manos de la IA, se han establecido estrictas restricciones.
“No se puede utilizar una réplica digital para eludir la contratación y el pago de un actor de reparto en virtud de este contrato”, añadió Crabtree-Ireland.
Los estudios deben obtener el consentimiento de un actor -o de sus herederos- cada vez que se utilice su réplica digital en una película o un episodio de televisión.
No pueden presentar a los actores contratos estándar que les autoricen a utilizar una réplica a perpetuidad, sino que deben proporcionar una “descripción razonablemente específica” de cómo se utilizará cada vez.
“Zombis”
La tecnología de inteligencia artificial avanza a un ritmo vertiginoso, pero nunca antes había formado parte de los debates cuando el SAG-AFTRA renegocia su contrato con los estudios aproximadamente cada tres años.
La presidenta del SAG-AFTRA, Fran Drescher, dijo que era vital concretar las normas esta vez, porque “en el mundo de la IA, tres meses equivalen a un año”.
“Así que si no conseguimos esas barricadas. ¿Qué sería dentro de tres años?… Estaría tan fuera de nuestro alcance, que siempre estaríamos persiguiendo algo, pero nunca acabaríamos de conseguirlo”, explicó.
El último y polémico detalle que se debatió con los estudios el martes por la noche se refería al uso de la IA para crear “falsos actores sintéticos”.
Denominados por la revista especializada Variety como “zombis” o “Frankensteins digitales”, se construyen a partir de distintas partes del cuerpo de actores reales.
“Si utilizas la sonrisa de Brad Pitt y los ojos de Jennifer Aniston, ambos tienen derecho a dar su consentimiento”, explicó Crabtree-Ireland a ese medio.
En la rueda de prensa del viernes explicó que ahora los estudios están obligados a obtener el permiso de todos los actores cuyos rasgos se utilicen.
También deberán informar al SAG-AFTRA cada vez que se cree un “falso actor sintético”. El sindicato tendrá derecho a negociar una indemnización en nombre de los actores implicados.
“Factor decisivo”
Drescher dijo que la IA era un “factor decisivo” en las negociaciones, y que las barreras no solo ayudarán a los actores, sino también a muchas otras profesiones de la industria del entretenimiento.
“En un mundo sintético, no hacen falta peluqueros ni maquilladores. No se necesitan conductores. No se necesitan escenógrafos”, explicó.
“Por eso, para nosotros, seguir esperando el mejor paquete de inteligencia artificial posible también iba a repercutir en su futuro”, dijo.
Crabtree-Ireland instó a los políticos a esforzarse más por “hacer de la protección de la IA una prioridad”.
“Nuestros miembros defenderán los esfuerzos legislativos y seguirán participando activamente en el movimiento para proteger los derechos de todas las personas sobre su imagen”, afirmó.
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