La OMS reconoce la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental, y ha emitido señales de alarma a modo de prevención
En estas épocas festivas en las que se busca consentir a los más pequeños del hogar con aquello que han anhelado por más de un año, padres de familia deben de estar alertas y ser prudentes con los regalos que se les dan, ya que no se trata de estimular el consumismo en los menores ni de fomentar conductas autodestructivas.
Tal es el caso de los videojuegos populares entre adolescentes y niños de cada vez menos edad, quienes pueden pasar horas frente a computadoras, televisiones y dispositivos electrónicos, estimulando negativamente conductas de violencia, sedentarismo, aislamiento social.
La adicción a los videojuegos va más allá de sentir pasión por los juegos de video. Es un patrón de comportamiento adictivo, en el cual jugar digitalmente o por video es la máxima prioridad en la vida de la persona. Este intenso apego interfiere con la rutina diaria del sujeto en cuestión y afecta a su bienestar mental y físico.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental, y ha emitido señales de alarma para saber si un pequeño padece este tipo de adicción.
Entre ellas, le pide a los padres de familia o tutores responder las siguientes preguntas:
- ¿Tu hijo se ha retraído de los deportes, clubes u otras actividades que no implican juegos de video?
- ¿Tu hijo interactúa principalmente con otros miembros de la comunidad electrónica de juegos de video?
- ¿Ha disminuido el rendimiento académico mientras el interés por los juegos aumenta?
- ¿Ocupa el videojuego la mayor parte de su tiempo libre?
- ¿Los juegos de video alteran los patrones de sueño del pequeño?
Si alguna de las respuestas fue afirmativa, es posible que el niño esté desarrollando una adicción a los videojuegos.
Es importante también anotar que la adicción a los videojuegos puede afectar significativamente a la salud física debido a la naturaleza sedentaria de la mayoría de estos juegos.
Las personas con adicción a ellos tienden a hacer poca actividad física, lo cual conlleva el riesgo de aumentar el índice de masa corporal, desarrollando problemas de obesidad, presión arterial alta, problemas hepáticos y diabetes tipo 2.
Por ello, las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría sobre las pantallas digitales, señala que “los menores de 18 o 24 meses no deben usar medios de comunicación social, a menos que sea para videoconferencias; en los niños de 2 a 5 años, se debe limitar el tiempo frente a una pantalla a no más de una hora diaria y de algún programa de buena calidad”.
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