La jefa de Gobierno participó como científica en la investigación sobre la evolución de la variante B.1.1.519 del SARS-CoV-2
La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien cuenta con el Grado Investigador Definitivo Titular B, Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Investigador II por el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), participó en la investigación sobre la evolución de la variante B.1.1.519 del SARS-CoV-2 entre noviembre de 2020 y mayo de 2021 y su impacto clínico en la capital del país.
En los trabajos que estuvieron liderados por Alberto Cedro, investigador en ciencias médicas y coordinador del proyecto de secuenciación de SARS-CoV-2 en el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN), también colaboraron la secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI), Rosaura Ruiz, y los directores generales del INMEGEN, Luis Herrera, y del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNZZB), David Kershenobich.
Para el estudio, que fue aprobado por los Comités de Ética e Investigación del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN), se recolectaron hisopos nasofaríngeos de mil 835 pacientes para detección del SARS-CoV-2. Las muestras con el virus se recolectaron, pasaron a la secuenciación, evaluación de datos y recolección de datos genómicos, donde se detectaron las primeras variantes de B.1.1.519.
“Posteriormente, se efectúo el análisis de haplotipos y filogenético de la secuencia de la variante B.1.1.519; después, se realizó la recolección de datos clínicos que consistió en la recopilación de información de los pacientes mediante el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Respiratorias (SISVER); finalmente se ajustaron modelos de regresión logística para predecir la gravedad de la enfermedad. La variante B.1.1.519, en comparación con otras variantes, se asoció con disnea, cianosis, dolor de pecho, diarrea y polipnea; además el riesgo fue mayor para personas con diabetes, obesidad e hipertensión”, se lee en un comunicado.
Los participantes refirieron que el tratamiento con la dexametasona se asoció con una reducción de la mortalidad en pacientes hospitalizados que recibieron apoyo respiratorio. Se encontró que la combinación corporal redujo las muertes de pacientes hospitalizados con covid-19 que no contaron con su propia respuesta inmune.
“La vigilancia genómica sostenida juega un papel decisivo en la identificación de nuevas variantes del SARS-CoV-2 y a orientar las decisiones del sistema de salud pública en un país. El análisis evolutivo detallado es importante para comprender el origen y la progresión de variantes de nueva evolución. Cualquier asociación clínica significativa podría ser de interés en el manejo y contención de pandemias”, concluye el estudio publicado por la revista Viruses titulado “El panorama evolutivo de la variante B.1.1.519 del SARS-CoV-2 y su impacto clínico en la Ciudad de México”.
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