Vianca había sido asesinada y había testigos que aseguraron haber visto salir a un hombre de su casa, apuntando las versiones a un amigo cercano
Vianca Fernanda Moreno Labastida era hija única, tenía 31 años y con el apoyo de su mamá decide irse a vivir a España, pese a que ellas dos eran inseparables.
Siendo muy joven, primero se va a Barcelona con una conocida de su madre, y año y medio obtuvo la residencia española por su tenacidad, por su capacidad y por su forma de trabajar, yéndose a San Sebastián.
Su madre, la señora Vianca Yesenia Labastida Contreras la describe como una mujer que siempre se dio a querer, y en los diez años que vivió en España, conoció a Alan, joven que fue su único novio allá y con el que duró 9 años de relación.
Posteriormente, Vianca decide vivir en Playa del Carmen junto con su novio Alan, ahí hace del CrossFit su pasión, y una nueva familia.
En algún momento le comenta a su madre que ella y su pareja, piensan trasladarse a Veracruz, a lo que la señora Vianca Yesenia le dice que no, porque ahí está muy mal, sin saber que Playa del Carmen pasaba por un momento similar.
A finales del 2018 las cosas entre Vianca y Alan no van bien, sufren una ruptura en enero del 2019, y ella decide irse a vivir con una amiga del CrossFit para rehacer su vida.
En total, fueron cuatro las personas que ella conoció en el CrossFit: Marck que era su coach; Matías que es el italiano; Candelaria, una mulata; y Candelaria, a quien le dicen Ady, que es quien la invita a vivir a su casa y ser su roomie.
El 21 de febrero del 2018, alrededor de las 10:00 de la noche, la mamá de Vianca recibe una llamada que cambiará para siempre su vida, en la que lo primero que escucha es que asaltaron a su hija y sufrió un golpe en la nariz.
Acto seguido, la mujer le habla por teléfono a Alan, pero este no le contestaba y cuando por fin le regresa la llamada, le comenta que su hija estaba en el hospital, pidiéndole que por favor vaya.
Sin embargo, su hija ya estaba muerta y no sabían cómo decírselo. Describiendo como «un sufrimiento horrible» el tiempo que esperó entre las 10:00 PM y las 12:00 AM, ignorando que Alan ya estaba detenido.
Después de hablar con la jefa de su hija, por fin le dicen que se dirija a Playa del Carmen, lo que le pareció que no había algo bien, teniendo como primera versión que habían entrado a robar con violencia al departamento donde vivía, quedando malherida.
Le pareció ilógico que solo hubieran robado un Mac y le dejaran destrozada la cara a su hija, quedando irreconocible.
Vianca había sido asesinada y había testigos que aseguraron haber visto salir a un hombre de su casa, apuntando las versiones a un amigo cercano
«También estaba viendo por Alan porque estaba detenido, porque era el primer sospechoso, porque era el exnovio, él estaba jugando futbol, cuando yo le hable estaba jugando futbol», cuenta la señora Vianca Yesenia.
En las noticias empezaban a decir que se trataba de un crimen pasional, que la habían escuchado los vecinos, que había discutido con un hombre al cual después vieron salir, describiendolo como un italiano que su hija le había contado que «andaba detrás de ella».
En todo este caso, hubo un reportero local de nombre Rubén Pat con el que la madre de Vianca tuvo contacto y que le dio los primeros indicios de lo que había ocurrido con su hija por sus investigaciones periodísticas, pidiendo al fiscal lo tuviera como testigo para que señalara a los vecinos que le describieron a la persona que vieron salir del apartamento; sin embargo, fue asesinado.
Transcurrido el tiempo, Vianca Yesenia busca a los asesinos de su hija, porque no cree en la versión del robo, y tampoco en el crimen pasional. No quiere que el feminicidio quede impune.
Con información de Elizabeth Trenado
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