A pesar de haber sido advertido de que estaba prohibido, Adolfo Gómez Hernández lideró un ritual en el Senado que incluyó el sacrificio de una gallina.
Gómez Hernández justificó el acto basándose en los “usos y costumbres” de las comunidades indígenas, respaldado por el artículo 2 de la Constitución, a pesar de que tanto en ambas Cámaras como desde los niveles federal, estatal y municipal, se ha emprendido una lucha contra el maltrato animal.
“En el artículo segundo constitucional manifiesta nuestro libre derecho de que se tienen que respetar las prácticas de los pueblos originarios. Nosotros nos respaldamos en el artículo segundo constitucional”, expresó después de la indignación que causó el sacrificio de una gallina en la Terraza del Piso 2 de la Cámara de Senadores.
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Sostuvo que la “ley superior”, es decir, la Constitución, respalda este tipo de acciones y “respeta el modo de vida de los pueblos originarios” y su cosmovisión. Por lo tanto, afirmó que se debe practicar la tolerancia.
Adolfo Gómez confirma que era consciente de que estaba infringiendo la ley al sacrificar a una gallina en el Senado de México, pero explica que considera que la Constitución está por encima de ella. Al preguntarle qué hará si lo sancionan, responde que aceptará la sanción.