El Pleno del Senado observó un minuto de silencio en honor a la actriz Silvia Pinal, quien falleció el jueves 28 de noviembre en la Ciudad de México.
Como tributo a su carrera y legado, el Pleno del Senado también dedicó un minuto de aplausos a la primera actriz.
Silvia Pinal era reconocida como la última diva del cine en México, destacando no solo en la actuación, sino también en la conducción, e incluso incursionando en la política, donde se desempeñó como diputada y senadora.
Tras la trágica muerte de su hija Viridiana en un accidente automovilístico y su matrimonio con el gobernador de Tlaxcala, Tulio Hernández, Silvia Pinal asumió el rol de primera dama del estado, lo que la llevó a tener una activa participación en diversas responsabilidades sociales. Fue encargada del DIF estatal y del FONAPA, destacando por su labor en la reconstrucción de las ruinas de Cacaxtla y en la preservación del Teatro Xicoténcatl, el cual rescató y reestrenó con la obra La divina Sara, dirigida por Susana Alexander y protagonizada por ella misma junto a Aarón Hernán.
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Su paso por Tlaxcala despertó su interés por la política. En 1987, se postuló para la presidencia de la ANDI (Asociación Nacional de Intérpretes), cargo que ganó, después de haber sido una de las fundadoras 50 años antes. En la década de los 90, decidió incursionar de lleno en la política y se postuló como diputada por el Distrito XXVII por el PRI, cargo que obtuvo, lo que la mantuvo en la Cámara de Diputados. Posteriormente, se convirtió en senadora por el mismo partido.
Uno de los mayores retos de su vida fue su liderazgo en la Asociación Nacional de Productores de Teatro, donde sus responsabilidades incluían velar por los intereses de los empresarios teatrales y la administración del sector.