Luego de que el Obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel, fue encontrado en el hospital Dr. José G. Parres de Cuernavaca tras varios días desaparecido, los primeros reportes indicaban que se encontraba desorientado y bajo el flujo de alguna sustancia.
Finalmente la exámenes toxicológicos arrojaron que el clérigo tenía en su organismo cocaína y benzodiacepinas, combinación con la que aparentemente fue intoxicado.
Hasta el momento sigue en recuperación, mientras las autoridades esperan que tenga las condiciones para tomar sus primeras declaraciones.
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Reportaron palidez de piel y tamaño de ganglios normales, tampoco encontraron datos de alerta en cuello y tórax; manifestaba una adecuada dinámica respiratoria y no se auscultan estertores o sibilancias, tampoco complicaciones en pleuropulmonares.
Sus ruidos cardíacos eran de buen tono, intensidad y frecuencia sin agregados, en tanto que su abdomen a globoso expensas y su piel respondía al tacto, sin dolor. Durante su ingreso los médicos que lo recibieron detectaron deterioro del estado neurológico por lo que se consideraron el posible manejo avanzado de la vía aérea, pero no fue necesario.
Información de Tony Díaz