El brazalete funge como un mensaje para crear conciencia a favor de comunidad LGBTQ+, lo cual contrasta con la cultura y política de Qatar
Los brazaletes One Love que la FIFA prohibió en el Mundial de Qatar se están vendiendo ampliamente.
Los brazaletes que pretenden enviar un mensaje de tolerancia, conexión y oposición a toda forma de discriminación, han estado en el punto de mira desde que la FIFA amenazó a varios capitanes de equipos europeos con tarjetas amarillas si los llevaban para apoyar a las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y queer (LGBTQ) en Qatar, donde la homosexualidad es ilegal.
Ahora, la empresa que fabrica los brazaletes en la ciudad neerlandesa de Utrecht dice que se han agotado tras enviar 10 mil, la mayoría en las últimas dos semanas.
“El gran auge se produjo con la llegada del Mundial de futbol y, sin duda, con la declaración de la FIFA de no permitir estos brazaletes de capitán en el campo”, dijo el director general de Badge Direct BV, Roland Heerkens.
Entre los pedidos destaca el que llegó desde el parlamento europeo, que pidió 500 piezas. Líderes políticos han usado el brazalete, entre ellas la Ministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser.
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La federación de futbol de Países Bajos vende el brazalete en su página web, pero también agotó sus existencias, por lo cual pidió un nuevo lote de 10 mil piezas, las cuales se pueden conseguir en poco más de cinco dólares (casi 100 pesos mexicanos).
La demanda de los brazaletes, que se lanzaron originalmente en 2020 como parte de una campaña de inclusión de la Federación Neerlandesa de Futbol, había sido sólo regular hasta este verano boreal, dijo Heerkens.
El diseño presenta una bandera arcoíris en forma de corazón con un número 1 en el centro, rodeado por el texto One Love a cada lado y las palabras que el fútbol conecta en cursiva debajo.
La campaña de la Federación Neerlandes se opone a la discriminación por motivos de raza, color de piel, orientación sexual, cultura, fe, nacionalidad, género, edad y “cualquier otra forma de discriminación”.
El impulso inicial llegó cuando los dirigentes de las escuadras de Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Francia, Alemania, Noruega, Gales, Suecia y Suiza decidieron utilizarlas.
Ahora la demanda viene de todo el mundo, desde consumidores que quieren “tener el brazalete y hacer una declaración, hasta el Parlamento Europeo, que acaba de pedir 500 unidades”, dijo Heerkens.
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CAB