El SARS-CoV-2 es un nuevo virus en los humanos que se transmite entre personas y la posible fuente animal aún no ha sido confirmada
El SARS-CoV-2 es un virus propio de los humanos y sólo nosotros podemos transmitirlo a otros humanos. “Los más de cuatro millones de individuos infectados en el mundo han sido contagiados por otras personas; más que buscar al culpable de la pandemia en un animal, debemos considerar que somos los responsables”, afirmó Rodrigo Medellín, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la COVID-19 se transmite entre personas, y aunque se tiene conocimiento sobre otros virus de la familia de los coronavirus que en su mayoría tienen origen en animales, el SARS-CoV-2 es un nuevo virus en los humanos. La posible fuente animal aún no ha sido confirmada.
Perros y gatos domésticos en contacto con humanos infectados han dado positivo para COVID‑19, y los hurones parecen ser susceptibles a la infección. En condiciones experimentales, gatos y hurones pudieron contagiar a otros animales de su misma especie, pero no hay pruebas de que la transmitan a las personas y puedan desempeñar un papel en la propagación de la enfermedad, explica la OMS.
En su participación en un programa de la televisión universitaria, Medellín advirtió que está en nuestras manos reducir el impacto a los ecosistemas, mantenerlos y conservarlos para prevenir un nuevo brote de cualquier enfermedad emergente.
Gerardo Suzán, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), habló de la trascendencia de reflexionar sobre los aprendizajes que nos deja esta emergencia sanitaria, pues empezamos a admitir la importancia de pertenecer a un mundo que compartimos con muchas otras especies que ofrecen servicios ecosistémicos como el control de plagas.
Expertos de la #UNAM señalan que la pandemia es un llamado a cuidar nuestro planeta #SéFuerteMéxico #QuédateEnCasa#AbreLosOjos @FranciscoZea por @ImagenTVMex pic.twitter.com/PeT8KyODSe
— imagenzea (@imagenZea) May 14, 2020
La COVID-19 es un llamado de atención para cuidar nuestro planeta, de lo contrario el panorama podría ser peor. Para evitar en el futuro situaciones como ésta, cada uno debe asumir su responsabilidad, pues no es sólo tarea de los líderes mundiales, dijeron los universitarios.
La pérdida de ecosistemas implica el detrimento de hábitats y de servicios ecosistémicos, además de afectar la salud humana, pues conduce a más enfermedades ocasionadas por virus de origen animal (zoonosis), subrayaron.
Virus benéficos
Medellín, experto en murciélagos, resaltó que existen muchos coronavirus; se han descrito alrededor de 300 tipos y sólo siete de ellos ocasionan algún malestar al ser humano: cuatro nos causan resfrío o gripe, y los tres restantes podrían provocar síndrome respiratorio agudo grave (SARS); síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS), y COVID-19.
“No debemos temer a los virus, pues más de 90 por ciento son benéficos para la vida humana, para los animales y las plantas; debemos comprender que son parte de los ecosistemas del mundo”.
Las pandemias no son nuevas, hemos tenido otras en las que la humanidad tuvo un papel significativo; sin embargo, la lección no ha sido aprendida y algunas personas, incluidos académicos, culparon a los murciélagos de la transmisión de la COVID-19, “y no es así. Estos animales tienen una función ecosistémica trascendente, como contribuir a la polinización, al control de plagas agrícolas y a la dispersión de semillas”.
Se debe considerar que somos una especie más en el mundo y estamos inmersos en la sexta extinción masiva. “Perdemos más especies por unidad de tiempo que en cualquier otro momento en la historia del planeta, y el menoscabo de la biodiversidad impactará en la humanidad”, advirtió.
En tanto, Gerardo Suzán, especialista de enfermedades en animales, destacó que muchos de los padecimientos que aquejan al hombre son zoonosis que ocurren en áreas intervenidas y deforestadas.
Fomentar la investigación para entender cómo funciona su salud es primordial. “Vale la pena comprender que la salud humana está inmersa y ligada a la salud animal y de los ecosistemas”.
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