Con su trágica muerte, Belisario Domínguez se convirtió en símbolo de la libertad de expresión en México y ejemplo de los ciudadanos más eminentes
Cada año escuchamos que se entregará la Medalla Belisario Domínguez a alguna mexicana o algún mexicano que haya destacado sobremanera en el último año?
Se dicen muchos nombres de quienes podrían merecerla, se discuten en el Senado de la República y hasta hay pequeños escándalos con algunos de los nombres que se proponen. ¿Pero quién fue Belisario Domínguez? ¿Por qué es tan relevante este reconocimiento?
En términos generales, Belisario Domínguez Palencia fue un médico y político chiapaneco que, a principios de 1890, instaló en Comitán, su consultorio y emprendió largos viajes para llegar hasta zonas marginadas y atender a los enfermos.
En el año 1904 fundó el periódico “El Vate”, en el que publicó artículos contra Porfirio Díaz y el gobernador de su estado, siendo nombrado senador suplente por Chiapas en 1912. El 3 de marzo de 1913, al morir el propietario del cargo, Leopoldo Gout, ocupó la curul.
Belisario Domínguez llega a la Cámara de Senadores cuando los acontecimientos de febrero de 1913, que sucedieron al asesinato del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez.
Así, fiel a los principios de legalidad que enarboló Madero, se resistió a reconocer al general Victoriano Huerta como presidente.
Sin embargo, sus incendiarios discursos en el Pleno del Senado fueron vetados por el presidente en turno de la Cámara, por su contenido contra Huerta, a quien Domínguez llamó usurpador, asesino, traidor, “vergüenza nacional”, exigiendo su renuncia y que el órgano legislativo asumiera dicha exigencia.
Ante dicho acto de censura, Belisario Domínguez decidió imprimirlos y difundirlos, por lo que el 7 de octubre de 1913, fue sustraído de la habitación del hotel donde se alojaba, siendo asesinado a manos de los sicarios de Victoriano Huerta.
Por varios días no se supo de su paradero hasta que su cadáver fue encontrado en una fosa, a la orilla del cementerio de Coyoacán, ocasionando un gran clamor público.
La respuesta del usurpador para terminar de tajo con la oposición en el Congreso fue disolver la Cámara de Diputados pocos días después y encarcelar a más de cien de legisladores.
Por eso, desde entonces Belisario Domínguez se convirtió en símbolo de la libertad de expresión en México y de los ciudadanos de más eminentes, entre quienes se encuentran Andrés Henestrosa, Jaime Sabines, Miguel León Portilla, Griselda Álvarez, Heberto Castillo, Carlos Fuentes, Miguel Ángel Granados Chapa, Ernesto de la Peña, Julia Carabias y Carlos Payán.
Contenido relacionado