Los cubrebocas desechables representan un gasto, como alternativa se puede hacer de tela, pero es importante conocer la forma adecuada de conservación.
Para no contribuir a la generación de basura, muchas personas optaron por diseñar cubrebocas de tela.
Antes que nada, asegúrate de elegir la prenda indicada. Los tejidos que no se recomiendan -por su reducida eficacia al filtrar micropartículas- se encuentran:
- Camisetas ligeras de 100% algodón.
- Bufandas.
- Tela de mascadas y pañoletas.
- Terciopelo.
- Lino.
Las más favorables son:
- Mezclilla.
- Lona.
- Toallas de papel.
- Paño limpiador desechable.
- Sábanas para cama.
Sin embargo, poco se ha hablado de cómo debemos guardarlo después de utilizarlo, y al parecer lo hemos hecho mal este tiempo.
Para la conservación y buen uso de la mascarilla, la Base de Datos Nacional de Seguridad Agrícola (NASD) de Estados Unidos aconseja guardarlas –limpias y secas- en bolsas con cierre hermético tipo ziploc.
Es importante recordar que los cubrebocas no deben compartir espacio con la ropa o áreas contaminadas como mesas e islas de cocina.
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