Además de las restricciones de acercamiento social, bajo las gradas del Sambódromo de Río de Janeiro se instaló un albergue
Río de Janeiro pospuso la realización de su desfile anual del Carnaval en 2021 y señaló el jueves que el espectáculo mundial no puede efectuarse debido a la continua vulnerabilidad de Brasil ante la pandemia de coronavirus.
La Liga Independiente de las Escuelas de Samba de Río de Janeiro (Liesa) decidió este jueves por la noche aplazar los desfiles previstos en febrero de 2021, tras una reunión entre todas las escuelas.
“En función de toda esta inseguridad, esta inestabilidad, en relación al área de la ciencia, de no saber si en febrero tendremos o no la vacuna, llegamos a la conclusión que este proceso tiene que ser aplazado”, explicó el presidente de la Liesa, Jorge Castanheira.
“Discutimos hoy no la cancelación, pero una posibilidad de aplazar, una solución alternativa, algo que venga en un momento con seguridad contribuir para la ciudad de Río de Janeiro”, agregó.
Debido a las restricciones de circulación y las reglas de distanciamiento social provocadas por la COVID-19, los trabajos de fabricación de las carrozas y disfraces de las escuelas de samba para el carnaval de 2021 todavía no comenzaron, por lo que todos los presidentes concordaron en aplazar el evento.
El Carnaval de Río de Janeiro es el más famoso del mundo y atrae cada año a centenares de miles de turistas, tanto brasileños como extranjeros.
Por su parte, el Ayuntamiento de Río de Janeiro aún debe anunciar una decisión sobre las fiestas callejeras del Carnaval que también se realizan a lo largo y ancho de la ciudad.
Además que, bajo las gradas del Sambódromo, la ciudad instaló un albergue para la población sin casa y vulnerable en los tiempos de la pandemia.
La anterior ocasión que un Carnaval de Río fue suspendido fue en 1912 debido a la muerte del ministro de relaciones exteriores. El alcalde de Río, entonces capital de Brasil, pospuso dos meses todos los permisos para las populares fiestas de Carnaval de las asociaciones de baile.
La Segunda Guerra Mundial no disuadió la realización de las celebraciones, ni la dictadura militar que tuvo el país sudamericano, en la que los censores del gobierno revisaban los disfraces, las carrozas y la letra de las canciones.
IPR
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