Las indagatorias condujeron hasta San Vicente Chicoloapan a los policías antisecuestros. Sabiendo que desde ese lugar se originaron las llamadas, pero no sabían la ubicación precisa
El terrible caso de un joven que permaneció dos semanas cautivo en una casa de San Vicente Chicoloapan, al oriente del Estado de México, es la historia que esta semana nos comparte nuestro compañero Carlos Jiménez en “Tras la pista”.
Parecía una vivienda abandonada en donde la yerba estaba crecida y había basura acumulada, sin ningún mueble en las habitaciones. Pero en realidad, ésta era una casa de seguridad de secuestradores.
Ahí quedó una colchoneta en el piso y una cobija con la que un hombre secuestrado buscaba mitigar el frío. la cuerda con la que lo mantuvieron atado durante días y un envase de refresco donde le daban agua de la llave.
Llegar hasta ella fue el trabajo de semanas de inteligencia, investigación y análisis de la Fuerza Antisecuestros de la Ciudad de México, después de que llegara hasta ahí la denuncia de un hombre al que habían privado de su libertad y por el que exigían una fuerte suma de dinero a cambio de liberarlo.
“Los denunciantes, específicamente el papá recibía llamadas y mensajes en los cuales le decían que iban a matar a su hijo, que lo torturaban, incluso le enviaron un video donde se observa a la víctima indicándole que por favor ya pagara el rescate porque ya quería estar en su domicilio”, nos relata el Ministerio Público Antisecuestro, Carlos Alberto Montiel.
Los investigadores comenzaron a analizar las llamadas para ir descifrando la forma de actuar de los secuestradores. Realizaron mapas de flujos, revisaron horarios de las llamadas, números telefónicos y ubicación de las antenas de donde se generaban.
Las indagatorias los llevaron hasta el municipio de San Vicente Chicoloapan, en el Estado de México. Los agentes sabían que, desde ese lugar ubicado entre Texcoco y Chimalhuacán, se originaban las llamadas pero no sabían la ubicación precisa.
Desde su centro de investigación analizaron por días cada uno de los datos con los que contaban, buscando la ubicación de la casa. Mientras que continuaban con las negociaciones para evitar que los plagiarios dañaran a su víctima.
Así trabajaron hasta que encontraron a alguien que les dio el dato que necesitaban. Un reporte de actividad inusual en una casa que supuestamente estaba abandonada, en la que se rumoraba que guardaban personas.
Los agentes antisecuestros se prepararon para acudir a la propiedad que les señalaban e intervenir en el domicilio de dos niveles.
Encontrando la planta baja sin muebles, accesorios o algo más. Pero tras subir las escaleras hallaron al joven que buscaban, amarrado y vigilado por dos personas.
Fueron dos semanas de que los elementos de esta fuerza antisecuestro fueron tras la pista y así lograr el rescate y detener a dos personas que actualmente se encuentran en un penal capitalino en espera de ser sentenciados.
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