
Tres cerditos fueron dejados a morir de hambre en una polémica exposición de arte.
A lo largo del tiempo, el arte ha servido como expresión en diversas formas, desde representaciones históricas y religiosas hasta enfoques surrealistas y abstractos que muchos consideran incomprensibles.
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Sin embargo, en los últimos años, muchas personas que se hacen llamar artistas han puesto en práctica formas de arte muy cuestionables, que reflejan el sufrimiento humano o animal, provocando toda clase de reacciones y rechazo de la sociedad. Además, han sido cuestionados sobre si estas manifestaciones realmente se pueden considerar arte.
Recientemente, en Dinamarca, una supuesta exhibición artística estuvo a punto de terminar en tragedia si no hubiera sido por una niña de tan solo 10 años, quien, gracias a su valentía, logró evitar que se cometiera un atentado contra la vida de tres inocentes cerditos bebés.
Artista pretendía dejar morir a tres cerditos bebés como parte de su arte
Todo ocurrió después de que tres cerditos fueran abandonados a su suerte hasta morir de hambre, como parte de una impactante exposición de arte. Sin embargo, gracias a la pequeña, que convenció a su papá de salvarlos, los animalitos fueron robados y puestos a salvo.
El artista en cuestión es Marco Evaristti, quien el pasado domingo inauguró la exposición “¿Y ahora a ti te importa?” en Copenhague, para “despertar a la sociedad danesa” sobre el trato cruel que reciben los cerdos criados en granjas industriales en el país, que es uno de los mayores exportadores de carne de cerdo del mundo.
Para demostrar su punto, el hombre de origen chileno construyó una jaula con heno y carritos de compras, atrapando a los tres adorables cerditos bebés dentro con el propósito de permitirles morir de hambre ante los ojos de los visitantes de la cuestionable exposición, solo para demostrar su punto, lo que de inmediato activó las alertas sobre un caso de maltrato animal en nombre del arte.
Por fortuna, todo cambió para los animalitos, luego de que un amigo del artista, Caspar Steffensen, manifestara su indignación por la supuesta obra de Evaristti, gracias a que su hija de 10 años le rogó que “se asegurara de que los cerditos no murieran”.
Entonces, el papá buscó al grupo de derechos de los animales De Glemte Danske (Los Daneses Olvidados) para robar los animales, incluso si eso significaba traicionar a su amigo.
Los cerditos, llamados Simón, Lucía y Benjamín, fueron rescatados de una tortura segura y llevados por De Glemte Danske, quienes se encargaron de cuidarlos y alimentarlos.
Además, cometieron más delitos durante el acto, llegando incluso a grabar el robo, y dieron parte a las autoridades sobre este caso de maltrato animal.
Por su parte, Steffensen expresó que no planeaba contarle a su amigo sobre su participación en el robo de los cerditos, pero se vio obligado a hacerlo después de que De Glemte Danske hiciera una declaración en línea el martes.
Evaristti se sorprendió al descubrir que su amigo estaba involucrado en la fuga de los cerditos, pero pudo encontrar un lado positivo.
“El sábado llamé a la policía para denunciar el robo de los lechones y tuve que cerrar toda la exposición por ese motivo, así que me sentí muy decepcionado cuando Caspar me dijo el martes que estaba involucrado en el robo… Pero luego lo pensé durante unas horas y me di cuenta de que al menos así los lechones tendrían una vida feliz”, dijo Evaristti.
Esta no es la primera vez que Evaristti es acusado en crueldad animal, en 2000 presentó la exposición “Helena” en el Museo de Arte Trapholt en Dinamarca para desafiar tanto la ética como la participación del público.
La exhibición contó con 10 licuadoras, cada una llena de agua y un pez dorado vivo. Los visitantes tenían la opción de presionar un botón para terminar instantáneamente con la vida del pez. Algunos lo hicieron.
La polémica pieza provocó indignación y derivó en una demanda contra el director del museo por crueldad animal. Sin embargo, un tribunal danés dictaminó que, como la vida del pez terminó instantáneamente, no sufrió.