El tráfico ilegal de vida silvestre está normalizado en todo México. Especies emblemáticas o exóticas, se comercializan sin ninguna restricción en redes sociales
Plataformas como Facebook y TikTok se han convertido en el principal eslabón del comercio ilegal de flora y fauna en peligro de extinción. Aunque existen diversos puntos de distribución en todo el país, los mercados de la CDMX siguen considerándose el “epicentro del tráfico ilegal de vida silvestre en México”.
“Se hace sin ninguna restricción y es un total descontrol. Te pueden ofertar las especies, te mandan un catálogo por WhatsApp, te puedes unir a grupos abiertos o cerrados de Facebook, y así como mandas un mensaje, puedes recibir fauna que fue traficada”, asegura Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica.
Vendo o cambio, bonito ejemplar de cocodrilo mexicano, gente seria, no preguntones, ni chinches $$$”. Así se promueve en redes sociales Juan, joven originario de Chimalhuacán, Estado de México, que ofrece dos ejemplares de cocodrilo de pantano (Crocodylus moreletii), especie “protegida” por la legislación mexicana. Los ofrece sin documentación o registro a través de un grupo abierto de Facebook.
Este testimonio forma parte de una investigación que realizó el Centro para la Diversidad Biológica (CDB), entre mayo y agosto de 2022, que demuestra que el tráfico ilegal de vida silvestre está normalizado en todo México.
Denuncia el descuido de la actual administración federal para atender el comercio ilegal de especies a través de internet.
“Antes, la Profepa tenía varios agentes de investigación en cibernética para detectar este tipo de situaciones, pero ahora esta área también está desmantelada y no es prioridad para el gobierno monitorear las redes sociales y encontrar a los traficantes”, señaló el centro.
La investigación “Vendidos sin piedad. El tráfico de vida silvestre amenaza la biodiversidad de México”, presentada por Alejandro Olivera y Ernesto Méndez, revela lo fácil e inmediato que resulta adquirir especies protegidas a través de internet.
La oferta ilegal va desde plantas y aves, hasta monos aulladores, cocodrilos, osos y grandes felinos como jaguares, leones africanos y tigres de bengala. Con un solo clic se entra sin restricción al mercado negro de animales.
“Documentamos un caso de un oso perezoso que lo pueden traer de Estados Unidos, cruzarlo por la frontera y tenerlo disponible en un par de días por 30 mil o 40 mil pesos. Estamos hablando de grandes mamíferos y grandes felinos”, explicó Alejandro Olivera, en entrevista.
La organización, originaria de Nuevo México, Estados Unidos, muestra cómo el tráfico de especies en México está cada vez más ligado al crimen organizado.
“La división del trabajo abarca desde la extracción de especímenes de la naturaleza, almacenamiento, transporte y distribución, hasta llegar a la venta final (…) Causa una gran preocupación, la participación del crimen organizado en el tráfico de vida silvestre con ganancias que se dispararon y que sirven para subsidiar otras actividades ilícitas, lo que lo convierte en un problema complejo que exige medidas urgentes”, señala la investigación.
Alejandro Olivera dice que “el tráfico de vida silvestre deja muy buenas ganancias al crimen organizado, estamos hablando de ejemplares que valen miles de dólares como el buche de totoaba. El control del crimen va más allá de las drogas y de las armas”.
La investigación también alerta de la necesidad de revisar los permisos otorgados a las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA’s) y a los Predios o Instalaciones que Manejan la Vida Silvestre (PIMVS). Estos lugares —que se instalan de forma voluntaria—, “también son utilizados para el lavado de las especies y traficar”, asegura Olivera.
“En México existe el riesgo de que ejemplares de vida silvestre rescatados del tráfico ilegal, que son entregados a las UMA’s o PIMVS para su atención, rehabilitación y cuidado, entren, por un lado, y salgan por otro, de regreso al mercado negro, reconoció Joel González Moreno, exdirector general de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre, Recursos Marinos y Ecosistemas Costeros de la Profepa”, apunta el documento.
De acuerdo con la investigación, de enero de 2015 a marzo de 2022, la Fiscalía General de la República (FGR) abrió averiguaciones previas o expedientes de investigación en 782 casos de tráfico ilegal de especies como pepino de mar, totoaba, cocodrilo moreletii e iguana verde. En total, fueron detenidos 697 presuntos delincuentes ambientales, de los cuales solo 474 fueron procesados.
Para Alejandro Olivera “es muy bajo el número de carpetas de investigación que se han abierto, es responsabilidad de la Profepa presentar denuncias penales, que vayan más allá del trámite administrativo. Deben dar seguimiento, armar un buen caso para que la FGR vaya por los traficantes. Sentencias hay muy pocas, obviamente no es prioridad este tipo de crímenes en México”.
Datos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), señalan que los principales estados en los que se presenta recolección ilegal de vida silvestre son: Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Jalisco, Nayarit y Sinaloa.
“La Ciudad de México es el epicentro del tráfico ilegal de vida silvestre en México, donde se realiza la mayor parte de la comercialización directa de plantas y animales extraídos del medio silvestre (…) Los principales destinos de exhibición y venta son: el tradicional Mercado de Sonora; Mercado Nuevo San Lázaro; Mercado de Peces y Mascotas “Alfredo Robles Domínguez”, Mercado de Plantas y Flores Madreselva y el Mercado de Plantas y Flores de Cuemanco, entre otros”, señala la investigación.
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CAB